La Balona saborea las mieles de la Segunda B tras un gran partido lleno de sufrimiento
Más de 350 aficionados albinegros celebran en Miranda de Ebro el ascenso de un equipo que lo dio todo hasta el final Los de Baby encontraron premio a su mordiente ofensiva
| Actualizado: GuardarSegunda División B, la Balona te espera. Los albinegros lograron certificar su ascenso de categoría haciendo honor a su historia, sufriendo, atacando, defendiendo... entregándose en todo momento. La Recia resurgió de sus cenizas, se antepuso a las adversidades para que no le sorprendieran y luchó hasta la extenuación.
Los jugadores albinegros pasan con letras mayúsculas a la historia linense. Lágrimas de emoción, abrazos entrañables, gritos de euforia. El sentimiente de todo un pueblo resumido en un equipo que hace honor a su casi centenaria existencia.
Y es que la Balona supo leer el partido mejor que su rival, se impuso en todos los aspectos del juego y hasta tuvo que aliarse con la fortuna en los minutos finales. Todo mereció la pena. Sin duda.
El encuentro comenzó de manera trepidante, con una Balona bien plantada y dedicada a ir a por el partido desde el inicio y un Mirandés algo más conservador, pero que también buscaba la meta albinegra cuando tenía la posesión.
Una falta lateral de Manrique que se envenenó hasta rozar el palo y un pase de Miguélez a Manrique que dejó al máximo artillero albinegro sólo ante Triviño, que se rehizo para desviar a córner, fueron las dos primeras llegadas de la Balompédica cuando aún no se habían cumplido los cinco primeros minutos.
Los locales estuvieron más certeros y en su primera aproximación con serio peligro se adelnatron en el marcador. Fue en una entrada de Denis por la izquierda, cuyo centro llegó al segundo palo para que Iván Agustín la enganchara a gol.
La Balona, consciente de sus posibilidades, ni se inmutó. Siguió a lo suyo y en la siguiente acción aprovechó un saque de esquina de Joseph que Fede remachó en el segundo palo para empatar el partido y la eliminatoria.
La acción pasó factura a los locales, que acusaron los nervios en exceso y quedaron 'grogis' durante algunos minutos. Pero la Balompédica no supo aprovechar la circunstancia y falló hasta cinco ocasiones para ponerse por delante en el marcador y dejar la eliminatoria vista para sentencia.
Las tres primeras llegaron en sendos lanzamientos de Joseph (minuto 20), Miguélez (minuto 24) y Manrique (minuto 25), pero todos ellos se marcharon a escasos milímetros de la meta rival.
La cuarta fue en una jugada por banda que ni Joseph ni Coco acertaron a rematar entre los tres palos y la quinta, la más clara de todas, llegó tras un pase entre líneas de Miguélez que dejó a Manrique sólo ante el meta Iván Triviño, que aguantó perfectamente para detener el primer disparo y obstaculizó lo suficiente para que el rechace también fuese enviado fuera del marco mirandés por el artillero albinegro.
Los albinegros se mostraban muy superiores a su rival en todas las facetas del juego, serios en defensa, trabajadores en la medular, desequilibrantes por las bandas y con mordiente arriba. Un partido para enmarcar.
Lamentablemente, el colegiado decidió poner muy alto el listón de las tarjetas y condicionó hasta a cuatro jugadores linenses en los últimos diez minutos de la primera mitad, a los que en un exceso de rigurosidad mostró sendas cartulinas amarillas.
Con ese panorama se alcanzó el descanso y ya en la segunda mitad fue el Mirandés el que salió lanzado hacia la meta rival.
A los dos minutos, y tras botar hasta cuatro saques de esquina consecutivos, gozó de dos ocasiones consecutivas, la primera la desvió David Pérez a córner y la segunda se marchó fuera por poco.
Pero los albinegros reaccionaron de inmediato y en el minuto 51 un lanzamiento de falta de Joseph lo remachó Carlos Guerra en el punto de penalti para adelantar a los de Baby, que por vez primera tomaban la delantera en la eliminatoria.
Tirar de oficio
El Mirandés tocó arrebato y puso cerco a la portería linense, por lo que a los de Baby no les quedó más remedio que sufrir pàra defender con todo.
Para colmo, cuando comenzaban a recomponerse un fallo defensivo entre David Pérez y Jonhy terminó con el segundo del Mirandes en remate a placer de Pablo Infantes.
Los locales tuvieron la opción de remontar cinco minutos después, pero Iván Agustín se topó con David Pérez en un lanzamiento desde la frontal.
En la acción siguiente los albinegros armaron un contragolpe ganador que terminó con un pase de Miguélez a Joseph y la vaselina de éste a gol.
Tocaba de nuevo sufrir y tirar de oficio. La Balompédica se replegó y defendió como pudo cada ataque del conjunto local, que se hizo dueño absoluto de la posesión del esférico.
Los de casa se despreocuparon de defender y estuvieron a punto de encajar el cuarto, pero manrique disparó fuera tras un servicio de Copi.
Y en el descuento apareció David Pérez, que celebró sus 80 partidos con hasta tres intervenciones trascendentales que significaron el ascenso de todo un sentimiento, el balono.