Sobrevivir a 'Supervivientes'
Una denuncia de Amnistía Internacional sobre las condiciones de vida de la población local de Cayo Cochinos, en Honduras, salpica al 'reality' de Telecinco
| Actualizado:Al norte de la República de Honduras hay un lugar paradisíaco de exuberante belleza natural que cuenta con la segunda barrera de arrecifes más grande del mundo. Allí se ubica el archipiélago de Cayo Cochinos, donde está la isla de los famosos que acoge desde hace tres años el programa de telerrealidad Supervivientes, de Telecinco, gracias a lo cual este país se ha vuelto un poco más cercano para los españoles. Incluso las agencias de viajes ya ofertan paquetes turísticos desde 1.700 euros, bajo la denominación Supervivientes. Perdidos en Honduras, para visitar el lugar.
Cayo Cochinos fue declarado Reserva Biológica por el Gobierno de Honduras en 1993, gracias a la presión de un magnate suizo, quien mediante una fundación privada, la Fundación Cayo Cochinos, compró dos de los trece cayos existentes -Cayo Menor y Cayo Paloma-, con la excusa de conservar su flora y fauna. Ese mismo año, y con el mismo pretexto, la fundación en cuestión, con el apoyo del gobierno de turno, intentó expulsar de la zona a los habitantes autóctonos, la población garífuna, descendientes de los africanos esclavos que se asentaron en la región en los años 40.
Límites impuestos
Además de esta pequeña comunidad humana, existe muy poca gente en los cayos. Hay un hotel en la isla más grande (Cochino Grande) y algunos guardeses y científicos en Cochino Pequeño. Las presiones de diferentes entidades hicieron que a los garífunas se les permitiera habitar finalmente en una zona de los islotes, bajo las condiciones de no salir de ella, no pescar determinada fauna ni acercarse a otros cayos para evitar espantar a las tortugas y otras especies.
Las islas que ocupan los famosos de Telecinco forman parte de la zona restringida para la población local. Ahora, ha sido Amnistía Internacional la que se ha hecho eco de las «agresiones y las restricciones al derecho de alimentación de los garífunas» y del perjuicio añadido que supone la grabación de un programa televisivo en las islas. Según explica Miriam Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña, durante el rodaje del reality, la Fuerza Naval de Honduras vigila el cayo y prohíbe que se acerquen los miembros de la comunidad local.
Toni Sevilla, director del programa que desplazó hasta Honduras a 130 personas, explica que la protección del Ejército hondureño se debe a que «la idiosincrasia del programa». «Se trata de que estén aislados, que nadie tenga acceso y eso lo cumple la Fundación Cayo Cochinos. Yo no traigo policía, son ellos los que mandan», se defiende. Sevilla afirma desconocer las denuncias de Amnistía Internacional y recuerda que durante la emisión de Supervivientes el equipo dio trabajo a algunos garífunas para «construir los juegos» que tenían por objeto decidir quién se alzaba como líder y evitaba así ser nominado por sus compañeros.
José Buelto Batiz, habitante de los cayos, se plantea «si son los protagonistas del show los verdaderos supervivientes. ¿O son realmente la fauna, la flora y las familias del lugar las que siguen sobreviviendo a Supervivientes?». De igual modo, denuncia que «la conservación de la que tanto hablan los biólogos se ha convertido en una burla para nuestro pueblo y un negocio para las fundaciones». Desde la Fundación Cayo Cochinos se limitan a recordar el éxito que tiene el programa. «Nos ha puesto en el mapa», dicen.