Más fútbol y menos club
| Actualizado: Guardara principal razón por la que el Cádiz se va a jugar hoy todo a una carta con el Hércules es porque hace mucho tiempo que sus dirigentes cometieron el error de creerse que gestionan una empresa y no un club de fútbol. La llamativas operaciones en el apartado de marketing han corrido parejas, en los últimos años, a verdaderas aberraciones en materia deportiva. Ha sido tal el afán por convertir el club en una maquina de generar euros que han acabado por olvidar el verdadero interés de la masa social, que no es otro que ver a un conjunto de profesionales solventes peleando durante toda la temporada en la zona alta de la tabla. Aquí, en la capital, hace muchos meses que los deseos de la afición no transitan por la misma senda que los de los administradores de una sociedad siempre dispuesta a la pose, pero con una escalofriante falta de tacto para publicitar sus logros. No se entienden, de otra manera, gestos tan inapropiados, viendo la situación terminal que vive la primera plantilla, como las recientes visitas del presidente de la Junta a El Rosal y de la alcaldesa a Carranza. Todos damos por hecho que un político al que no le obsesione su lucimiento personal debería dedicarse a otro oficio, pero que Muñoz se apunte a estos escenarios mediáticos cuando el cadismo clama al cielo por la vergüenza que le supone tener que ir hoy a Alicante como el que va a Lourdes es para hacerse una idea de en qué manos está este Cádiz. Sigo pensando que hoy se logrará la permanencia, sobre todo porque me inquieta imaginar la angustia existencial y económica que supondría tener que pagar los errores cometidos por unos personajes que han llevado el término miembro del consejo de administración a su más baja consideración. Y para aquéllos que piensen en maletines, que no olviden que este equipo no le marca ni al arco iris y eso no se arregla ahora ni con 100 millones de las antiguas pesetas.