Vida o muerte en noventa minutos
El Cádiz se juega en la final de Alicante la permanencia en Segunda El equipo amarillo necesita la victoria para no depender de otros resultados
| Actualizado: GuardarNoventa minutos, hora y media. Más o menos lo que dura una película. De miedo, de terror, de auténtico pánico. Hoy llega el final de la saga que ha mantenido el corazón de todos en un puño durante 41 tristes episodios. La última secuela, el epílogo a una historia de valientes y cobardes, de indolentesy guerreros, de hombres y sinvergüenzas.
La tarde donde el cadismo se une por última vez antes de que llegue la tempestad y castigue a los protagonistas de esta infame campaña.
Más de 1.200 espectadores amarillos en las salas del Rico Pérez para alentar, animar y apoyar a un equipo que ya es un despojo del que comenzó la temporada con delirios de ascenso.
Dos de los principales actores se han salido del guión por su visible y sorprendente apatía. Casas y Parri han sido apartados de la finalísima de Alicante, y salvo sorpresa no se pondrán jamás la camiseta con el escudo de Hércules. Hércules, precisamente el malo que amenaza con ahogar a los gaditanos en el temible pozo de Segunda B.
Sin Parri ni Casas, ni tampoco los descolocados Gonzalo Vicente yKosowski, Julián Rubio comanda la expedición a tierras levantinas con el miedo metido en el cuerpo y agarrotando las piernas. Sólo vale la victoria para alcanzar un final feliz. La derrota es prácticamente un suicidio (salvo que Ferrol y Alavés echen una mano inesperada), y el empate es jugar a la ruleta rusa de los empates múltiples.
Hay que ganar, pero esta vez de verdad y no fanfarroneando en la prensa.
Sólo queda un pequeño detalles, casi sin importancia. Habrá que marcar un gol. El Cádiz acumula tres encuentros sin anotar, creando muy pocas ocasiones y demostrando una alarmante falta de pólvora.
La ausencia de Casas, que termina el año con sólo cinco, debe mejorar en este sentido la vanguardia, si bien es un problema de conjunto y no de los delanteros.
Natalio, Enrique, Gustavo López y Dani saltarán de inicio para perforar una malla defendida por el meta suplente y una zaga de circunstancias, con el juvenil Kiko de lateral derecho. Atrás, un entramado defensivo que asusta por la carencia de posibilidades ofensivas. Paz y Fleurquin formarán pareja en la medular, con Rivas como recambio si el eje no funciona.
El técnico manchego quiere once gladiadores, fuerza y garra, que han brillado por su ausencia esta temporada.
Les pide entrega, tensión, intensidad, y de ahí la bronca que les propinó el viernes, señalándoles que les daba vergüeza ver el entrenamiento que estaban realizando. La arenga ha de surtir efecto por el bien del equipo, de la institución y de la afición.
El enemigo ha de saber desde el calentamiento que hay un club que se juega la vida y otro que vive un duelo de puro trámite. Los futbolistas del Hércules (que cuenta con 12 bajas, algunas de escaqueo) ya sólo piensan en las vacaciones, y sólo el brillo del vil metal puede mejorarles la actitud. Un dinero extra que no se puede comparar con el sentimiento de una afición, la ilusión de la provincia, y la ruina que puede suponer un descenso para la entidad, que ya piensa en soluciones drásticas como la Ley Concursal. Hoy es el día. No hay más. Son varios meses hablando de finales, pero la de esta tarde será definitiva. Vida o muerte, cielo o infierno, gloria o fracaso. Todo en noventa minutos. Hora y media, más o menos, lo que dura una película.
jaguilera@lavozdigital.es