Último asalto en la difícil lucha de la Balona por el ascenso
Los albinegros se niegan a ser un convidado de piedra en la euforia general que vive el Mirandés Ayer entrenaron en Burgos con muchas facilidades
| Actualizado: GuardarCon la conciencia muy tranquila por la honradez y el saber estar mostrados durante toda una temporada, pero con la incertidumbre de tener que poner en juego todo el trabajo acumulado en meses en tan sólo 90 minutos, la Real Balompédica Linense saltará esta tarde al césped del estadio de Anduva.
Tan cerca y tan lejos. Conscientes de que el Mirandés acapara el papel de gran favorito, pero con confianza plena en sus posibilidades, los jugadores albinegros se muestran dispuestos a brindar una jornada de gloria a sus incondicionales.
Accediendo de primera mano a la información de los medios burgaleses, los pupilos de Baby se resisten a ser el convidado de piedra que éstos presagian. Es más, pretenden vender cara su piel. Por eso, desde su llegada a Burgos han tratado de aislarse del ambiente festivo que se respira en Miranda y que les llega a través de los medios.
En la jornada de ayer los futbolistas comenzaron a trabajar tras un merecido descanso ganado a pulso por el maratoniano viaje del viernes.
Tuvieron todo tipo de comodidades del club anfitrión del terreno de juego, un Burgos que además de ceder las instalaciones de El Plantío hizo lo propio con todo el material disponible, lo que posibilitó que los albinegros lavaran y secaran la indumentaria tras entrenarse y tuvieran acceso a bebidas isotónicas en el vestuario.
La confianza era la nota predominante de una expedición que se resiste a ser eliminada de antemano y que promete dar la cara, como siempre hace, y sufrir lo que haga falta para completar una faena iniciada hace muchos meses. El ambiente de Anduva parece será infernal, lo que invita a pensar que la encerrona está garantizada. Los de casa parecen tener cada detalle plenamente estudiado y hacen gala de ello para cimentar sus opciones de ascenso.
Por contra, los de Baby se conciencian para pensar que no será para tanto y que, por mucho que aprieten los seguidores locales, ellos saldrán dispuestos a hacer su trabajo. Gran parte de esa presión recaerá sobre el trencilla vasco Igor Ortiz Extremo, del colegio vasco, cuya designación no ha sentado demasiado bien en la afición linense por la proximidad del colegio con Miranda Ebro.