opinión

¡Vaya semanita!

Sólo la rehabilitación del castillo y su recuperación para la ciudad justificaría el Bicentenario; pero el proyecto sabe a poco

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Como si del programa de humor de la televisión vasca (ETB) se tratara, todo lo ocurrido en los últimos siete días se puede resumir en una expresión: ¡Vaya semanita! Hubo momentos indignantes, ridículos, preocupantes, gloriosos, emocionantes, solidarios, pavorosos y hasta esperpénticos. Una mezcla de noticias tan surrealistas que más de uno llegó al viernes convertido en Michael Douglas en Un día de furia. Esa mezcla de tensión y frustración que llevó a Bill Foster a emprenderla a golpes y a tiros contra su propio estilo de vida.

Menos mal que el viernes llegó el consejero Gaspar Zarrías -la pesadilla de Teófila Martínez en esto del Doce- con una sorpresa debajo del brazo de parte del Gobierno de Zapatero: el proyecto de rehabilitación del Castillo de San Sebastián. Sólo por esta actuación, si se lleva felizmente a cabo, habrá merecido la pena el Bicentenario.

La pena es que por falta de tiempo -como si el castillo hubiese emergido anteayer frente a La Caleta- no se haya podido hacer un concurso de ideas que hubiese hecho aún más emblemática esta ciudadela. El proyecto sabe a poco. Están bien el auditorio -aunque es muy pequeño para una gran ciudad-, los jardines, la zona de espectáculos... pero imagino que alguien pensará que tras el Bicentenario el castillo deberá tener suficientes atractivos para visitarlo. Y suficientes soluciones para no sucumbir bajo el levante o la marea. Guste o no, el futuro pasa por la hostelería y el comercio... Entre convertirlo en un erial inhabitado e inhóspito y colocar un Burger King y una tienda de Berska, me quedo con la segunda opción... aunque lo mejor sería algo intermedio. En estas cosas los iluminados se creen que la gente se alimenta con arte y se viste con arquitectura... Vaya, que los turistas y gaditanos somos capaces de ir al castillo para disfrutar de las sensaciones vitales que provocan en nuestro ser los espacios y paisajes... A falta de decidir qué pasará el día después, es una excelente noticia, con logo y todo... El quinto en la larga lista de ideas marketinianas sobre 2012... En mi opinión, el mejor y el más profesional. El enfado de la alcaldesa por el diseño de la empresa CIAC no parece justificado en este caso. Es loable su empeño en que el nombre de Cádiz salga más grande, a ser posible inmenso, pero pierde la razón cuando lo justifica al decir que La Pepa es Cádiz... Como pensar que la celebración del V Centenario del Descubrimiento era Palos de Moguer. La importancia de la Constitución de 1812 trasciende al lugar de su firma y sería un alarde de localismo cateto querer encerrar su universalidad entre cuatro murallas.

Ello no impide que Cádiz reivindique su justo papel protagonista que, al fin y al cabo, se debe resumir en un montón de millones para mejorar la ciudad. Y en esta lucha a Teófila Martínez no se le puede poner ningún pero, ni aplicarle aquella mítica frase de trabajas menos que el ballet de Informe Semanal, qué lo sepassss, ¡jarl!

Porque la ministra condemor ha vuelto a poner de moda el lenguaje chiquiquistaní. Bibiana Aido se está convirtiendo en el estandarte de esa frivolidad cívica de la que ya escribí es esta misma página par y cuya máxima es convertir lo anecdótico en lo esencial. Quisiera o no cometer el lapsus de los miembros y las miembras, lo cierto es que Aido persevera en el error, en lo que puede ser tanto un mecanismo de defensa como un acto de soberbia. En ambos casos es una equivocación. Y recurrir al fistro para justificar su empeño en que la RAE acepte el término miembra es un esperpento más. A un gobernante lo mínimo que se le puede pedir es sentido común. Y ella no lo está demostrando. Aido es víctima -o cómplice, está por descubrir- del modelo ZP, aquel capaz de crear un ministro sin ministerio, sin presupuesto, sin técnicos... Una cosa es pretender convercernos sin éxito de que Aido es la ministra 2.0 (bibianaaido.wordpress.com) y otra creer que para gestionar la igualdad y luchar contra la violencia contra las mujeres basta una blakberry y un par de ideas tan novedosas como vacuas.

Esa son las cosas, por ejemplo, de Manuel Chaves, que en un acto que le honra sale en defensa de Aido, pero le complica aún más su existencia al decir que es un ejemplo como ministra 2.0. Si la segunda modernización de Andalucía tiene tanto criterio como el de creer que Aído es un ejemplo en la blogosfera estamos perdidos. Y no precisamente en la red.

Y entre La Pepa y Chiquito salta el cadismo temeroso por lo que ocurra hoy el Alicante. Que el entrenador le echara la bronca a los jugadores por su falta de intensidad en un entrenamiento previo al partido en el que el Cádiz C. F. se juega el descenso es el mejor síntoma para saber qué pasa realmente en el equipo. El presidente Antonio Muñoz nos acusa de desestabilizar cuando contamos este tipo de noticias o cuando informamos de su idea de acogerse a la Ley Concursal en caso de descenso. Él preferiría que todos los medios coreásemos a diario Ese Cádiz Oé como muestra de compromiso con el cadismo. Con nosotros que no cuente, porque desde hace años venimos advirtiendo de que los jugadores tienen controlado el vestuario y el club... La culpa es de Jose González, Oli, García Remón, Calderón, Procopio y ahora de Rubio, que no saben tratar a una plantilla tan entregada a los colores. Y también de nosotros, LA VOZ, por contarlo.

Ah! Hubo huelga de transportes. Qué hastío. Salir a la carretera tenía más peligro que Chuck Norris defendiendo a Ronaldo. Jarl!!!

macastillo@lavozdigital.es