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El poder de la fuerza
El sector del transporte paró la actividad económica de toda la provincia y sólo la amenaza de una represión policial le quitó potencia a la protesta
| Actualizado: GuardarUna metralleta sin balas. Las huelgas sin piquetes y sin el poder de la fuerza son como una ametralladora sin cargar, que puede generar algún daño en forma de culatazos, pero no impone demasiado. Máxime si el contrincante viene con un lanzamisiles repleto. Durante la última semana los convocantes del paro indefinido en el sector del transporte impusieron el poder de la metralleta durante la primera mitad y el Gobierno, llegado el momento de los daños graves (un fallecimiento, un conductor quemado, vehículos incendiados...), armó el lanzamisiles. En cualquier caso, la fuerza es la única ganadora de esta fábula donde toda la provincia ha perdido y ha quedado demostrado que el miedo a las represalias (primero a los piquetes; luego a las fuerzas de seguridad) manda.
1 El origen
La provincia de Cádiz cuenta con alrededor de 3.500 empresas dedicadas al reparto de mercancías que operan con unos 5.000 camiones. Al igual que todos los ciudadanos, los camioneros han visto cómo el precio del gasoil se ha incrementado en un 30% en el último año. La diferencia con la mayoría es que un camión necesita 200 litros para para cubrir los 500 kilómetros diarios que recorre. La multiplicación por los días trabajados lleva la factura a límites insostenibles.
2 El otro origen
El paro patronal no se ha desatado sólo por la subida de los combustibles. De fondo quedan cuestiones como las complicaciones a la hora de conseguir una licencia (se pedía una agilización de las prejubilaciones) y, sobre todo, el sistema sancionador que la nueva política de tolerancia cero a las infracciones al volante ha impuesto. Según la asociación provincial, siempre se castiga con el máximo rigor, llegándose a un caso en el que se multó con 300 euros a un camionero que se excedió en su límite de conducción en dos minutos. «Y lo normal es recibir multas de no menos de 3.000 euros, con lo que eso supone para un pequeño empresario».
3 Los protagonistas
El 80% de los transportistas gaditanos es autónomo. La huelga fue convocada por dos federaciones minoritarias a nivel nacional y provincial, que no incluían a un buen número de esos autónomos (tampoco la mayoritaria los acoge). En cambio, los trabajadores por su cuenta sí han secundado el parón de forma masiva, bien fuera por implicación, bien por temor a los daños sobre su vehículo.
4 El mercado
La llamada plataforma que ha liderado la protesta rechaza las ofertas de Fomento porque no recogen una tarifa mínima. Esta medida, prohibida por la Unión Europea, evitaría el efecto pinza que las grandes empresas distribuidoras aplican a los transportistas. Antonio Gutiérrez, presidente provincial de los camioneros, denuncia que hay casos en los que una firma de renombre no ha elevado en un solo céntimo la factura a pagar a un trabajador en años (pese a que el gasóleo ha subido un 30%).
5 El inicio del paro
A medianoche del domingo al lunes comenzó el paro con toda su virulencia. Eso sí, desde el viernes había noticias del posible colapso y eso provocó que los ciudadanos acudieran en masa durante el fin de semana a las gasolineras y a los supermercados. La primera consecuencia directa se dio el lunes, cuando la psicosis se desató y resultó casi misión imposible encontrar combustible. Los grandes almacenes de alimentos duplicaron sus ventas ese día. También el tráfico en la Bahía se resintió, con centenares de camiones ocupando las carreteras y entrando hasta el corazón de Cádiz.
6 Incidentes
El martes fue el día más negro de la protesta. Un manifestante moría atropellado en Granada y en la misma madrugada al miércoles salían ardiendo varios camiones en Alicante, uno de ellos ocupado por un conductor que resultó gravemente herido. Ante el enconamiento de la situación y para evitar el desabastecimiento, el Gobierno anunció que escoltaría a todo el que lo pidiese a partir de entonces. Más de 25.000 agentes se echaron a las carreteras españolas y serían detenidas en toda la semana más de 100 personas. La ley se les aplicará con el máximo rigor.
7 Reacción
El miércoles amaneció la tercera jornada de paro sin piquetes en la provincia. Interior ordenó mano dura y se acabaron los incidentes. Escaseaban frutas, hortalizas y pescado; empezaban los problemas de producción en las empresas, aunque se almacenó de sobra antes del paro y el único inconveniente fue no sacar la mercancía. El puerto de la capital estaba colapsado.
8 Calma tensa
El jueves trajo una vuelta de tuerca en la amenaza gubernamental de no consentir piquetes. Las grandes superficies rellenaban sus estantes. Los camiones seguían sin recoger carga. Las escoltas se aceleraban pero una amplia mayoría seguía sin fiarse de las posibles represalias de los huelguistas.
9 ¿Final?
Tras un jueves tranquilo, el viernes comenzaron a salir los camiones con más fluidez en Cádiz y se desatascó el muelle gaditano. Los organizadores de la protesta rechazan la oferta del Gobierno y sigue el paro.
10 Consecuencias
Queda el balance económico de la huelga, que se espera millonario. Sólo en leche se han perdido 600.000 euros en Cádiz. Los efectos de parar toda la maquinaria y volver a activarla serán difícil de cuantificar. A corto plazo, subirán los precios de los alimentos. El largo plazo, una incógnita.