Imponen ocho años de prisión a un narco que alijó 800 kilos en Barbate

La Audiencia Provincial acaba de dictar una sentencia que condena a ocho años de prisión a un hombre, acusado de alijar más de 800 kilos de hachís en Barbate, en 2005. Al procesado le ha caído una pena mayor de las que habitualmente se imponen por tráfico de hachís, porque emprendió una peligrosa huida que a punto estuvo de culminar con el atropello de tres agentes de la Guardia Civil, que le dieron el alto a la altura de la Barca de Vejer.

Según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, los hechos ocurrieron en agosto de 2005 cuando en la playa de El Retín, arribó una embarcación con un cargamento de hachís que varias personas se encargaron de introducir en un coche todoterreno.

Al llegar los agentes a la zona, las personas que habían participado en el alijo huyeron en varios quads, por lo que la Guardia Civil optó por perseguir al todoterreno por la carretera que une Zahara de los Atunes con Barbate.

Según la Fiscalía, durante la persecución, el acusado intentó esquivar la acción policial. Se ayudó de la persona que iba de copiloto, quien arrojó hasta cuatro fardos para que impactaran contra los vehículos oficiales. Además trató de arremeter contra agentes que le esperaban en el cruce de la Barca; algo que el procesado negó asegurando que en dicho cruce sólo vio a un coche blanco con una persona dentro que ni se bajó del vehículo.

Esta versión fue desmentida por los propios agentes, que declararon como testigo en el juicio, y que aseguraron que le dieron el alto y que arremetió contra ellos con la intención de atropellarlos. También negaron la posibilidad de que no se les pudiera identificar, porque aunque iban de paisano, llevaban el chaleco reflectante con el distintivo de la Guardia Civil.

El imputado finalmente fue detenido tras dejar el todoterreno circulando solo y sin conductor en una cuesta de Vejer; lo que provocó que chocara contra otro que estaba estacionado.

Por todo ello, la Fiscalía pidió cinco años y siete meses de prisión por un delito contra la salud pública con el agravante de haber utilizado para ello a una menor; tres años y medio de cárcel por atentado contra agentes de la autoridad; un año de prisión por conducción temeraria, y finalmente retiró su acusación por robo con fuerza en las cosas, ya que tanto el vehículo como la embarcación utilizadas habían sido sustraídas pero no pudo ser probado que las hubiese robado el acusado.

La defensa sí reconoció la participación de su cliente en el alijo, por lo que solicitó cuatro años y siete meses de prisión por el tráfico de drogas, aunque rechazó el resto de cargos por los que era imputado el acusado, alegando que esos hechos no habían quedado probados y que existían contradicciones entre los agentes que testificaron en la vista oral.

Además de esta persona, también fueron enjuiciados dos individuos más, que finalmente fueron absueltos por el tribunal.

La Fiscalía está estudiando un posible recurso porque no está conforme con el contenido íntegro del fallo judicial, ya que los magistrados condenaron al principal procesado por sendos delitos contra la salud pública y atentado a agentes de la autoridad, pero no reconoce que el traficante incurriera en una conducción temeraria.

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