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Los medios y los fines

ALMUDENA DOÑA admontalvo@lavozdigital.es
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ALLE PORVERA Todas las causas son potencialmente nobles mientras la nobleza también radique en las armas que se utilizan para llegar a ellas. Uno puede estar más o menos de acuerdo con ciertas metas o utópicos proyectos, pero la forma en la que se realicen es fundamental para que consigan el respeto de los que observan la lucha desde la barrera. La subida del gasóleo nos afecta a todos, aunque es obvio que el sector del transporte pagará el pato de una medida que como tantas otras se esconde bajo la justificación ilimitada de la crisis. Durante el tiempo que dura la huelga, con el caos que ha conllevado y el pánico creciente entre muchos consumidores, la población ha mantenido una actitud ejemplar de tolerancia hacia un derecho que es de todos. Sin embargo, me pregunto si ese derecho tampoco tiene límites, y bajo su escudo se pueden vulnerar los de los demás con una impunidad que asusta. Pasando de largo la escasez de productos de primera necesidad (algo cuya garantía de suministro no corresponde a los transportistas sino al Gobierno), y sin tener en cuenta los enormes problemas de tráfico en las carreteras, cuando peligran las vidas humanas me parece que toda reivindicación pierde su legitimidad por completo. La trágica muerte de uno de los piquetes debió suponer un antes y un después en el proceso, y sin embargo fue utilizada como excusa para romper las negociaciones y radicalizar las protestas. Una curiosa forma de afrontarlo, ya que esos mismos compañeros que lloraron el fallecimiento han optado por la vía de la violencia que, para lo que ellos persiguen, parece que sí está justificada. Esperemos que no haga falta otra muerte para que se acabe definitivamente con esta locura.