Sociedad

Doritos lanza al espacio el primer anuncio para extraterrestres

Por primera vez en la Historia de la publicidad, un anuncio se lanzó ayer al espacio para tentar con aperitivos de maíz a posibles consumidores extraterrestres.

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El reclamo sideral es parte de una campaña de Doritos -la famosa marca de snacks hechos con harina de maíz, aceite y saborizantes-, que se ha asociado con los científicos de la Universidad de Leicester (centro de Inglaterra) para marcar ese hito histórico.

El lanzamiento supone «un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la publicidad», afirmaron los expertos de Leicester al parafrasear las célebres palabras del astronauta Neil Armstrong en 1969, cuando se convirtió en el primer humano en pisar la Luna.

El anuncio se transmitió desde el potente Radar de Ultra Frecuencia de 500 megahertzios del Centro Espacial de la EISCAT (Asociación Científica Europea de Radares de Dispersión Inconexa), radicado en el archipiélago ártico de Svalbard, entre Noruega y el Polo Norte.

El mensaje publicitario va dirigido a potenciales clientes alienígenas de un sistema solar localizado a 42 años luz de la Tierra y cuyos planetas orbitan en torno a la estrella 47 Ursai majoris (UMA-47), que se halla en la Constelación de la Osa Mayor.

Según los científicos, este anuncio, que viaja a la velocidad de la luz, tardó poco más de un segundo en pasar la Luna, cuatro minutos y medio en dejar atrás Marte, nueve minutos en rebasar el Sol y unas cinco horas y media en abandonar nuestro sistema solar.

A ese ritmo fulminante, el anuncio intergaláctico puso rumbo a «un planeta identificado en un sistema solar, en el que podría haber una zona habitable (región sideral con condiciones especiales para la vida)», explicó el profesor Darren Wright, del departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Leicester.

Dios de la salsa

El anuncio -que es un vídeo de treinta segundos seleccionado en un concurso público abierto por la marca de aperitivos en el Reino Unido- muestra a una tribu de Doritos que escapa de una bolsa y sacrifica a uno de sus miembros como tributo al Dios de la Salsa. Sin embargo, los alienígenas no verán las imágenes de tan bárbaro ritual, pues la grabación se ha codificado con un sistema binario -de ceros y unos- con la finalidad de que cualquier vida inteligente «ahí fuera», en el espacio, pueda descifrarla matemáticamente.