Menos Guantánamo

a autorización por parte del Supremo de EE UU para que los presos recluidos en Guantánamo puedan reclamar su puesta en libertad ante tribunales federales o lo que es lo mismo, ante la Justicia ordinaria, supone tanto un paso en el reconocimiento de los derechos que asisten a los detenidos al amparo de la Constitución estadounidense, como una nueva admisión de la ilegalidad que supone retener en la base cubana a sospechosos de terrorismo despojados de la más elemental presunción de inocencia. La pírrica victoria de los magistrados partidarios de normalizar la situación de los reclusos y opuestos a las juntas militares encargadas de revisar cada caso refleja el grado de división política, social y también judicial que ha suscitado la normativa especial de la Administración Bush contra el terrorismo. Pero sobre todo cuestiona la licitud misma del proceso abierto ya contra el presunto instigador de los atentados del 11-S y cuatro de sus supuestos colaboradores.