Lo que nos faltaba
Se veía venir de lejos toda la cola que iba a traer la celebración del bendito Bicentenario. No faltan, día sí y día también, noticias referentes a los fastos que se avecinan, a los gloriosos hechos que acaecieron...
| Actualizado: GuardarNos vamos a hartar, ya verán, de franceses, de levantamientos, de cortes, de polémicas sobre cómo y dónde tuvieron lugar los acontecimientos más importantes, quién empezó, quién tuvo la dudosa gloria de haberse apuntado antes que nadie a la guerra, que si Cádiz, que si San Fernando, que si Lola la Piconera... Esta historia está empezando a convertirse en un pique, en una guerra para apropiarse del protagonismo de la celebración.
Es lo que nos faltaba. Seguir regodeándonos en nuestro pasado, en la valentía que mostramos, en los cojones que tuvimos alguna vez. Seguir adobando nuestra dignidad con las viejas glorias de nuestros antecesores. Ya no tenemos bastante con las coplas de carnaval en las que todavía nos vanagloriamos de haber echado a los franceses.
Ahora serán las instituciones, las diputaciones, los ayuntamientos etc, los que se van a encargar de recordarnos aquellas hazañas, lo chulos que fuimos, el patriotismo que demostramos echando al francés y defendiendo con la sangre al legítimo rey Fernando VII, aquél déspota que probablemente no mereció ni una sola de las vidas que por él se sacrificaron...
Bueno, pues nada, si tiene que ser así, que así sea. De esta manera lograremos anestesiarnos durante unos lustros más con el consuelo de haber sido lo que fuimos, con el orgullo de habernos enfrentado a los franceses, con la alegría de que alguna vez Cádiz fue la cuna de la libertad, que venció a Napoleón y que hasta Carlos Cano le escribió una famosa habanera, como decía la inefable chirigota de los Dráculas. De esta manera mantendremos este letargo que dura ya dos siglos, cerrando los ojos a toda la decadencia que nos rodea.