TRANQUILOS. Aragonés y Torres, en el entrenamiento de ayer. / EFE
Vuelve la calma al combinado nacional

Aragonés y Torres, en paz

El delantero del Liverpool dice que está «a muerte» con el técnico y mantendrá su plaza de titular en el encuentro que la selección disputa mañana ante Suecia

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Ya hay paz, al menos aparente, entre Luis Aragonés y Fernando Torres. Las gestiones internas del seleccionador han dado resultado y sus advertencias de la víspera, cuando aseguró que «las cosas no se quedan así» en alusión al desplante del delantero del Liverpool al ser sustituido ante Rusia, calaron en el Niño. Fue un mensaje nítido para evitar posibles fracturas en el seno del vestuario, y su destinatario ha reaccionado. Mantener un frente abierto, como ocurrió con Raúl en el último Mundial de Alemania con motivo de su primera suplencia, amenazaba la tranquilidad de una plantilla ilusionada con su debut y con la moral por las nubes ante el decisivo partido de mañana ante Suecia en Innsbruck. Una herida abierta puede infectarse en cualquier momento y extenderse a otros ámbitos. Había que cerrarla, y cuanto antes.

Y eso que por la mañana se desataron todo tipo de especulaciones cuando el de Hortaleza formó tres grupos en el campo de entrenamiento de Neustift y Torres figuraba entre los futbolistas que no tenían peto. Con camisola naranja se ejercitaron casi todos los centrocampistas más Sergio Ramos y Villa; con la verde Sergio García, De la Red, Navarro, Puyol, Albiol, Marchena y Capdevila; y, sin un color identificativo, el resto más el Niño. Tampoco se apreció ningún intento de acercamiento entre el futbolista y el seleccionador, que sólo se dirigió una vez a él a distancia para pedirle que moviera el balón con rapidez. ¿El gesto de Aragonés era un nuevo toque de atención? Había que esperar hasta la tarde para comprobar si el atacante entraba en el teórico equipo de titulares en el habitual partidillo en el que el técnico muestra sus cartas.

Entre ambos entrenamientos, sin embargo, Torres habló para Telecinco y sus manifestaciones ya apuntaban a una tregua. Primero trató de restar importancia al incidente del choque ante Rusia, en el que negó la mano al seleccionador y tiró con rabia su camiseta tras el cambio, al subrayar que «nunca» ha tenido problemas con sus preparadores. Después, dijo que «no hay ningún lío» y que dar trascendencia a lo sucedido no tenía sentido porque, con ello, se puede dañar al equipo.

Y, por último, desveló que ya había hablado con Aragonés del asunto. «Estamos a muerte con Luis», recalcó Torres, quien añadió que ya ha madurado y que ha dejado de ser el Niño. A tenor de sus manifestaciones, el proyecto pedagógico del míster había dado sus frutos, y con celeridad.

Quedó demostrado con posterioridad, cuando el goleador del Liverpool lució el peto de color verde, el de los elegidos por el de Hortaleza para enfrentarse a Suecia. El Niño ha aprendido la lección y sabe que un desplante como el del martes no puede volver a repetirse. La reincidencia podría ser definitiva. Por tanto, si no hay modificaciones tácticas de última hora, España jugará con el mismo once con el que fulminó al combinado de Guus Hiddink en su estreno. Los titulares no estuvieron ayer finos y perdieron contra los reservas (2-1). El primer tanto en contra llegó como consecuencia de un despiste en un córner, como sucedió en el único gol encajado ante Rusia. «¿Eso no nos puede pasar en el partido (ante los suecos)!», les arengó Aragonés en dos ocasiones.

Sergio García y Juanito explicaron cómo se había vivido la tensión entre el seleccionador y Torres en el seno del vestuario. «No hay que darle importancia -señaló el central bético-. Como dijo el míster, que el enfado lo tenga consigo mismo y que no lo haga de cara a todos. Ya está, no va a volver a ocurrir». «Son cosas que pasan, no hay que darle más vueltas», agregó, por su parte, el futbolista del Zaragoza, que se esforzó en resaltar la unión que reina en la expedición española. «Son cosas que pasan, pero todos estamos muy unidos. No importa quién juegue».

Será difícil blindar al equipo nacional de la ilusión y la euforia de los aficionados, necesitados de un título tras más de dos décadas de desengaños con la roja.

Más de 300 seguidores llegados de todos los rincones del país se dieron cita en Neustift para presenciar las dos sesiones preparatorias a pesar de la lluvia y el frío. Los jugadores se ejercitarán esta tarde en el estadio Tivoli Neu para cerrar los últimos detalles antes del choque ante Suecia. Una victoria les colocaría en cuartos de final.