Shyamalan tiene la clave

Con El sexto sentido, un thriller sobrenatural con sorpresa final que marcó sus historias para siempre, arrasó en taquilla y dio el campanazo. M. Night Shyamalan dejó el listón alto con el filme protagonizado por Bruce Willis. En cada nueva propuesta se ve en la obligación de intentar sorprender al espectador con giros inesperados en la trama y un colofón de cuidado. No siempre lo consigue. El punto de partida de El incidente, su nueva película, no se anda con chiquitas. Va directo al grano: se suceden escalofriantes muertes entre los ciudadanos norteamericanos en cuestión de minutos. Muerte a escala industrial, sin una aparente explicación. ¿Es una epidemia? ¿Una nueva arma biológica? ¿Qué es?

El profesor de ciencias de un instituto de Filadelfia, Elliot Moore, interpretado por Mark Wahlberg, pone todo su empeñó en desvelar la letal incógnita. Mientras intenta superar una crisis matrimonial, viaja por todo Norteamérica huyendo de un horrible sino que no tiene cara. Nadie está seguro en ninguna parte. El asesino invisible es implacable, y puede tener algo que ver con el comportamiento humano. ¿Qué acecha ahí fuera? ¿O somos nosotros? Shyamalan retorna a sus raíces con un thriller intenso.

La Naturaleza en conflicto mortal con la Humanidad. Quizás estamos ante el filme más inmediato de todos los que ha realizado el responsable de la soberbia El protegido. En él, ofrece al espectador una visión de un Apocalipsis épico que no ha sido provocado directamente por el hombre. El amor nos ayuda a mantenernos con vida ante el terror, una de las constantes en la filmografía de este singular cineasta amante del género fantástico cuyas imágenes están siempre visualmente cuidadas al detalle.

«Tenía muy claro que quería que la película fuese electrizante, dinámica e inmaculada», cuenta Shyamalan. La fuerza impulsora de El incidente es una sensación de miedo e incertidumbre siempre omnipresente. «Creo que lo realmente aterrador del filme es que la gente empieza a comportarse de manera diametralmente opuesta a como se supone que lo haría», explica.

«Los comportamientos inexplicables son siempre muy perturbadores y hay un comportamiento contra natura en esta historia. Después de todo, la única cosa que hace a una especie seguir adelante es el instinto de estar lo más lejos posible de las cosas dañinas, para protegernos a nosotros mismos y a los demás. Pero ¿qué sucede si ese instinto desaparece? Las cosas se ponen realmente feas».

Mark Wahlberg

De hermano de famoso (Donnie, de los New Kids on the Block) a actor cotizado pasando por modelo de gayumbos Calvin Klein, la carrera del pequeño de los Wahlberg ha estado ligada a las películas de acción, en las que exhibe tanto músculo como una limitada gestualidad.

Un mago de la trampa

Con el éxito de El sexto sentido, el cine de M. Night Shyamalan quedó estigmatizado. El espectador siempre se espera un vuelco sorprendente en el guión, un malabarismo que no es fácil conseguir. En El incidente, el cineasta de origen indio disfruta del efecto liberador de romper con algo por lo que se ha hecho famoso: los finales tramposos. Fuera trucos cantosos esta vez.

No obstante, su relación con el fantástico continúa y permanecen sus temáticas habituales: el amor redentor, la supervivencia de la ternura frente a una amenaza aterradora... Shyamalan cuida al máximo la estética en sus películas. Mueve la cámara como nadie, aunque a veces se recrea excesivamente explotando su innegable virtud. Es un prestidigitador, hábil conocedor del medio y del género que le trae de cabeza. Sus historias parten de ideas complicadas de resolver. No le importan los retos en el guión, como bien ha demostrado en obras de referencia como El protegido.