Los trabajadores de Argüeso volverán a pedir hoy la liberación de Rafael Ávila

Se cumplen ya once días desde la desaparición en Sanlúcar de Barrameda del conocido empresario local Rafael Ávila Tirado, de 45 años de edad, casado y con tres hijos. El calendario impone su ritmo y el cansancio y el hartazgo hacen mella principalmente en la familia del industrial, pero también en toda una localidad que no sabe qué ha ocurrido y que vive sumida en la rumorología y en el temor a nuevos casos de este tipo.

Como ya adelantó LA VOZ días atrás, esos sentimientos se van a ver reflejados en nuevas concentraciones ciudadanas para exigir la liberación de Ávila Tirado y el fin de esta pesadilla.

El turno será hoy para los trabajadores de Bodegas Argüeso, donde la familia Ávila posee un 25% del accionariado de la firma. Por segúnda vez desde el pasado dos de junio -fecha en la que fue visto por última vez el empresario- la plantilla, formada por algo más de 20 personas, mostrará su repulsa ante el presunto secuestro de Ávila.

Para ello, llevarán a cabo una concentración de diez minutos desde las doce del mediodía de hoy a las puertas de la propia bodega, acto al que invitan a sumarse a todo aquel ciudadano que lo desee.

Con este acto de protesta intentarán, además de pedir la liberación de Rafael Ávila, mostrar su apoyo a una familia que, sin duda, atraviesa por los peores momentos de su vida.

Un portavoz de la bodega expresó ayer la «gran preocupación» de todos los trabajadores de Argüeso ante el paso del tiempo y la ausencia de novedades. «Hoy he estado hablando de nuevo con su hermano, como casi todos los días, y me dice que continúan sin saber nada nuevo», agregó. Es posible que miembros de la familia Ávila participen también hoy del «acto solidario» convocado por los trabajadores de la firma sanluqueña.

Por lo demás, las fuentes próximas a la investigación consultadas por este medio señalaron ayer que no se han producido avances significativos en el caso. Después de once días existen varios frentes abiertos para la Policía, incluso, como señalamos ayer, que Rafael Ávila haya sido víctima de una equivocación de los supuestos secuestradores.