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LENTA RECUPERACIÓN. Los estantes de los grandes supermercados son los primeros en abastecerse. / MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

El paro sigue adelante aunque comienza a recuperarse el suministro en Cádiz

Zapatero advierte de que habrá «tolerancia cero» para los que utilicen la violencia en los piquetes El 80% de los transportistas gaditanos son autónomos que rechazan la última propuesta de Fomento

A. M. R. / J. D. A.
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A nadie se le ocurre parar a un ciclista en plena escalada al Alpe D'Huez. Perdería el ritmo de carrera y muchos valiosos segundos hasta que la máquina rodase de nuevo a velocidad crucero. Inmersa en plena crisis de consumo por culpa del colapso inmobiliario, a la economía española le habrá sentado como un empujón a un maillot amarillo el paro de los transportistas que aún continúa, tras rechazar ayer las organizaciones convocantes la última oferta oficial. Los piquetes han desaparecido del asfalto, pero las empresas tienen que reiniciar todo su proceso de producción y la posterior distribución es todavía muy escasa e imprevisible.

La normalidad, por lo tanto, ha regresado a las comunicaciones. «Se puede salir a la carretera, no hay riesgos», calmaba ayer el ministro del Interior, horas después de que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero anunciara «tolerancia cero» hacia los violentos. En la provincia no se registra un huelguista apostado a la puerta de un almacén a la espera de un reparto desde el martes. La tranquilidad, con todo, es algo falsa, puesto que «la desesperación en el sector es muy alta y a nadie le compensa salir a trabajar», resume Antonio Gutiérrez, presidente de la asociación gaditana. El paro, en definitiva, continúa siendo prácticamente mayoritario y sólo las grandes cadenas de supermercados y las compañías petrolíferas se atreven a fletar vehículos para rellenar sus estanterías y sus surtidores.

La Subdelegación del Gobierno recordó ayer que atiende todas las solicitudes de escolta que reciben y, por ahora, ha satisfecho todas las posibles. Lo paradójico es que no reciben tantas. ¿Y eso? El portavoz de los transportistas gaditanos contesta: «No merece la pena arriesgar y hasta que no se solucione del todo, el número de conductores que saldrán a trabajar será mínimo».

Poder autónomo

Antonio Gutiérrez preside una asociación de las que en teoría han firmado el acuerdo con el Ministerio de Fomento y de ésas que aglutinan al 88% de los transportistas (o eso dice la ministra). De la teoría a la práctica está la realidad, que arroja un sector atomizado en que ocho de cada diez camiones pertenecen a un autónomo en Cádiz. Y éstos son los que no van a exponer su patrimonio y los que siguen en huelga indefinida. Según los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social, en la provincia había a finales de abril cerca de 4.000 trabajadores por cuenta propia dedicados al transporte. La patronal cifra en unos 5.000 los camiones con matrícula gaditana, por lo que las cifras cuadran: el 80% está fuera de los acuerdos alcanzados por el Gobierno central y siguen con el freno de mano puesto.

De ahí que, por ejemplo, del matadero Bahía (Puerto Real) sólo salgan un 15% de los camiones habituales al día (más de 30 en total) para surtir a casi toda la provincia (el otro gran matadero provincial está en La Línea). Su presidente, Domingo Sánchez, explica que están al 40% de producción desde el pasado lunes y que la carne que no sale se almacena en los frigoríficos. Su capacidad es limitada y, como ocurre en la práctica totalidad de los sectores, las reservas tienen fecha de caducidad en los primeros días de la semana próxima. Es decir, que se repite la frase más usada en estos días: «Podemos tener problemas en unos días si esto sigue así», concluye Sánchez.

Para que no siga esto así, pese a que la plataforma que representa a los autónomos rechazó ayer una vez más la oferta gubernamental, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reclamó «responsabilidad» a las organizaciones que continúan adelante y advirtió a todo el que quisiera oír que habrá «tolerancia cero» para los que alteren el orden en forma de piquetes.

El jefe del Ejecutivo envió dos claros y directos mensajes a los camioneros partidarios del paro: «Somos sensibles a la situación de los transportistas, y el Gobierno ha hecho un esfuerzo importante», dijo. Su esfuerzo se plasma en un pacto que incluye 56 medidas de ayudas fiscales y laborales, y que fue rechazado de plano por los huelguistas al no incluir su principal reivindicación: una tarifa mínima que garantice la rentabilidad y castigue el trabajo bajo costes. El presidente criticó con dureza la postura de los huelguistas, a los que recriminó que «una única condición no puede ser el argumento que se lleve a una negociación». «Es un camino que no conduce a ninguna parte y eso lo sabe todo el mundo», añadió.

Ante las críticas recibidas por parte de la oposición, que ha recriminado al Gobierno una actitud pasiva o no demasiado efectiva durante los primeros días del paro, Zapatero destacó el esfuerzo realizado para atajar la situación. «El Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer en cada momento, actuando en función de la evolución del paro; en 48 horas se han despejado las carreteras y, desde el primer día, 25.100 agentes han velado por la seguridad y el abastecimiento», señaló. En cambio, el Ministerio de Industria aseguró que se está racionalizando la salida de mercancía desde los centros logísticos para surtir a las tiendas, aunque «siguen existiendo problemas que creemos se van a solucionar en las próximas horas».

Por todo esto, y a pesar de que el Gobierno calificó de «razonablemente optimista» la situación, no fueron ayer pocos los llamamientos para que se aceleren los dispositivos de escolta y se garantice el suministro.

El problema es que después de cuatro jornadas de paro, con muchos puntos estratégicos bloqueados y una enorme cantidad de pequeños transportistas en huelga, faltan suministros y materias primas en numerosas industrias y actividades productivas. La automoción, la siderurgia, las empresas de componentes, el sector maderero, la alimentación y hasta las navieras sufren. Las pérdidas son enormes. Los cálculos son incipientes, pero hay sectores que han denunciado que no pueden parar ni un solo día más. Hoy comienza el quinto día de crisis.