Izquierdas y derechas; Taguas y Zaplana; el blanco y el negro
El material ordinariamente utilizado en la enseñanza de nuestros jóvenes acentúa el fundamento de la crisis económica de 1929 en los «fallos propios e inherentes del capitalismo». En realidad, el origen y fundamento del problema, se debió al exceso de proteccionismo e intervencionismo existente por aquellos años. También influyó sin dudas, las decisiones tomadas por un organismo-regulador de carácter público, la Reserva federal Norteamericana. Intervencionismo, proteccionismo, intervención de una institución financiera de carácter pública... Parece que la historia de los hechos económicos con una finalidad didáctica, no se corresponde con el devenir de la realidad de los acontecimientos económicos.
| Actualizado: GuardarLos jóvenes españoles de la democracia, formados en el error per se de las bondades del mercado y en la maldad intrínseca de los regímenes totalitarios de derechas, que no de izquierdas, concluyen y creen que los Estados Unidos de Norteamérica, han sido, son y serán de mantener esa posición, el principal peligro para la paz y la consecución del objetivo del bienestar colectivo de carácter mundial, como revelan muchas de las encuestas de la que se nutre cierta prensa, además de ser utilizada como base documental en muchos de los manuales encargados de formar y en ocasiones adoctrinar a nuestros jóvenes. Sin embargo, poco se dice con la claridad requerida en tan trascendente tema, que una gran parte de los totalitarismos persistentes en nuestra época o que provienen de épocas pasadas relativamente recientes, tienen un inequívoco signo de izquierda (Castro, Morales, Lennin, Stalin, Mao...) que han causado varias decenas de millones de muertos, muchos más incluso, que los también execrables regímenes totalitarios de derechas (Hitler, Moussolini, Franco, Pinochet...)
Es absolutamente injusto relativizar la democracia y demonizar el mercado. Ni el nazismo es la expresión de los intereses de la burguesía, ni la lucha de clases en versión marxista, es el motor del cambio. Ni mucho menos, la democracia formal es la antesala de la democracia social. Se ha escrito, incluso se sigue escribiendo en ocasiones, como si la violencia comunista fuese más excusable que la fascista, cuando además, el fascio también tuvo como aquella un carácter fundamentalmente obrero (nacional-socialismo...).
La retórica revolucionaria y el progresismo que tanta influencia han tenido en la izquierda española, desprecian hasta la saciedad las libertades y el bienestar representado también por neoliberales como Thacher y Reagan, desprecio sin piedad que se contrapone con la piedad que sí otorgan en los calificativos, cuando se refieren a los comunistas y populistas, lideres latinoamericanos, como Castro y Chávez.
El principio del final de la utopía comunista llegó hace dieciocho años con el desmoronamiento del telón de acero y con ello la agonía de una ideología política y de un sistema económico y social que marcaron una época. Pero, a pesar de todo ello sigue siendo curioso como la izquierda gana la batalla mediáticamente, de tal forma que el término izquierdizarse no tiene prácticamente uso, sin embargo derechizarse lleva aparejada todo una carga malévola en sí misma. Es decir, asistimos actualmente a la derechización de la izquierda y curiosamente su contrarréplica como tal está en desuso, de tal forma que la derecha se centra o se liberaliza, pero no se izquierdiza que sería su réplica natural. Les pondré sólo un ejemplo del dominio mediático de la izquierda sobre lo políticamente correcto, que no es lo mismo que lo naturalmente correcto. Siempre he pensado que la igualdad es un principio básico en un sistema político social y democrático, principio desde luego supeditado al de la libertad, así es que nuestro Gobierno que maneja la propaganda a la perfección ha hecho de ese importante principio no una cuestión ética e imbuido en todas las políticas desplegadas y en caso de infracción a dicho principio acudir directamente a los Tribunales invocando directamente el artículo 14 de la Constitución, sino que una vez más ha acudido a la estética de las cosas donde la política y el espectáculo surcan límites difuso imposibles de distinguir.
Una vez más acudimos a los estereotipos. El mismísimo hermanísimo de Juan Guerra, el Diputado D. Alfonso, a la sazón Guerra también, tuvo un exabrupto dirigido a los políticos de derechas con ocasión del fichaje de Zaplana por Telefónica. Decía que éstos cuando ya dejan de interesarle la política se lucran en el sector privado utilizando la política. Hombre, yo creo que un simple Diputado, sin cargo ejecutivo hace más de cinco años, no está de más que se busque la vida y trabaje. A la semana siguiente saltó el caso Taguas, y a D. Alfonso se lo tragó la tierra porque no dijo ni esta boca es mía. Muy edificante y sobre todo muy ecuánime. Pero esta cuestión de los lobbies en ciertos sectores de la actividad económica, como la construcción es un mal síntoma que salpica en igualdad a la izquierda y a la derecha. Así, sólo hay que ojear los presidentes de AERCO, ANCI, G-14 y CNC y sus perfiles políticos. En cualquier caso se trata de la búsqueda de un profesional de "reconocido prestigio" o que haya ocupado un cargo de relevancia política, que conoce los procedimientos en la toma de decisiones por el Gobierno de turno y con seguridad guarda a buen recaudo un listín de teléfonos y direcciones con los nombres de aquellas personas que en un momento determinado, que se determina directamente por la conveniencia del momento, pueden interceder en beneficio de la organización empresarial que representan.
Sólo faltaba que el blanco Pepiño, apellidado Blanco, hiciese público su empatía con el negro Barack, apellidado Obama, manifestando sin rubor en su blog «me he resistido en estos últimos meses a confesar públicamente mi simpatía hacia Barack Obama para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección...». A lo mejor, lo que no sabe nuestro ilustre bachiller es que el ideario económico del partido demócrata se resume en menos impuestos y en el delicado tema sanitario, la rebaja de los costes de los seguros privados y ayudas por parte del Estado sólo en los casos de «gastos sanitarios catastróficos», no abogando tampoco por la sanidad pública universal. Es decir, un programa electoral que en España sería tildado de derechas, es del gusto de Pepiño...y Obama muestra esperanzado el apoyo, ya públicamente manifestado por aquel y que ha contribuido definitivamente a la derrota de Hillary, que menos mal no es de Alcalá, porque entonces no sabríamos a adelantar lo que diría su blog, porque resistirse a no apoyar a Hillary, mujer y de Alcalá, sería una temeridad política, incomprensible para la izquierda políticamente correcta.