Desafortunada
Actualizado: Guardarl lenguaje puede constituir un arma poderosa para equiparar a los seres humanos pero también para anular, desplazar o minusvalorar la singularidad del otro, tal y como ha ocurrido con la mujeres por efecto de la prevalencia del masculino en los usos idiomáticos. El lapsus de la ministra de Igualdad al hablar de «miembras» es anecdótico, pero su sugerencia posterior para que el término se incorpore al diccionario trivializa la importancia del uso correcto de la lengua que cabe exigir a cualquier dirigente político. El manejo apropiado del discurso y la concreción resultan exigibles a cualquier Gobierno. De ahí que también resultara desafortunado el anuncio de Aído de que habilitará un teléfono para canalizar la agresividad de los hombres susceptibles de agredir a sus parejas, cuya utilidad queda en entredicho desde el momento en que el enunciado de la iniciativa ha generado una palpable confusión.