FRONTERA. Los camiones bloquean el paso fronterizo de la Junqueras en Gerona. / LA VOZ
Jerez

Miles de camiones bloquean las fronteras en una jornada marcada por el caos

En los pasos fronterizos de Hendaya y La Junquera los conductores del sector impidieron la circulación mediante marchas lentas, como sucedió en la provincia En los mercados mayoristas de las grandes ciudades hubo momentos de tensión

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La primera jornada de la huelga indefinida del transporte por carretera se saldó ayer, al igual que en la provincia, con retenciones -kilométricas en algunos puntos-, sobre todo en los pasos fronterizos con Francia, y algunos incidentes poco destacados. A medida que avanzó el día, el miedo a un eventual desabastecimiento se extendió también por todo el país. Los distribuidores y las organizaciones de consumidores hicieron reiterados llamamientos a la calma que, sin embargo, no lograron evitar que los carburantes se agotaran en algunos puntos.

El paro, convocado por un 20% del sector, tuvo un seguimiento notable fuera de la provincia aunque dispar en función de los territorios. Los momentos más tensos se vivieron a primera hora de la mañana en los pasos fronterizos de Biriatou (Hendaya) y La Junquera. En estos dos puntos se produjeron enormes retenciones al impedir los camioneros el tránsito mediante marchas lentas o, directamente, bloqueos de las vías. También se vivieron complicaciones en algunos grandes mercados como Mercamadrid, Mercabarna o Mercabilbao, donde se registró menos actividad de la habitual, siempre bajo la atenta mirada de los piquetes informativos.

Los transportistas sacaron sus camiones para taponar las vías de acceso y rondas de circunvalación de varias capitales. Los mayores atascos, además de los producidos en la capital gaditana, se vivieron en Madrid, Barcelona, Valladolid, Valencia, Galicia, gran parte de Levante y algunas otras ciudades andaluzas como Cádiz.

Protección policial

Aunque el Ministerio del Interior y las policías autonómicas desplegaron un dispositivo especial para garantizar la normalidad del tránsito, las barricadas, los gritos, los empujones y hasta alguna pedrada contra los transportistas que no secundaron el paro o varias ruedas pinchadas fueron inevitables. Incidentes, eso sí, de menor importancia, al menos al cierre de esta edición. Las propias organizaciones convocantes del paro reclamaron «calma» a sus compañeros. Los transportistas contrarios a la movilización, sobre todo la gran patronal CETM, denunciaron «el acoso y la intimidación violenta» sufrida por algunos profesionales.

En este sentido, y a media tarde del lunes, efectivos policiales se aplicaron en romper las barreras organizadas por los huelguistas en una factoría de CLH en Motril (Granada), escena que se repitió en otras refinerías. El portavoz del gabinete de crisis abierto en el Ejecutivo para afrontar la huelga del transporte descartó «problemas graves», y advirtió de que la Guardia Civil «ha tomado buena nota» de algunas actitudes y ha identificado a personas y vehículos para, si procede, «depurar responsabilidades». Y es que, a pesar de que en principio el suministro de combustible está garantizado, algunas gasolineras han reconocido problemas para abastecer a sus clientes e, incluso, han solicitado protección policial. Repsol, por su parte, descartó que pueda haber problemas puesto que la compañía «tiene transportes propios y ya ordenó el fin de semana que las estaciones llenaran al completo sus tanques». Aún así, el temor a que los productos básicos se agoten hizo que miles de conductores acudieran a las gasolineras.