La UE discute ampliar a 65 el número de horas de trabajo semanal
El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, aseguró ayer que España no votará a favor de la directiva de tiempo de trabajo -que autoriza jornadas laborales de hasta 65 horas semanales- y advirtió de que la aprobación de esta norma significará un retroceso de la Unión Europea en materia social. Los ministros de Empleo de los Veintisiete trataban ayer de llegar a un acuerdo sobre la directiva que regulará el tiempo de trabajo semanal en los países miembros tras casi cuatro años de debate, sin que al cierre de esta edición se hubiera tomado una decisión al respecto.
Actualizado:La propuesta de compromiso presentada por la presidencia eslovena sigue permitiendo las excepciones ('opt-out') a la jornada laboral de 48 horas semanales, tal y como exigía el Reino Unido, y fija el límite máximo de trabajo en 65 horas semanales. España, que hasta ahora había conseguido bloquear la aprobación de esta norma, ha quedado en minoría.
Así, Corbacho dio por hecho de que la directiva se aprobará y adelantó que sus esfuerzos se centrarán ahora en lograr que la Eurocámara la modifique en segunda lectura; ya que según afirmó, la norma acerca a Europa «más al siglo XIX que al siglo XXI».
El ministro cargó con dureza contra la reforma. «Me ha sorprendido mucho que se hable de 65 horas laborables a la semana y que además se diga que es un avance social», indicó. Explicó que es posible que se introduzcan modificaciones al texto presentado por la presidencia de turno eslovena, pero se mostró convencido de que probablemente éstas no afectaran «al tema de fondo, que son las 65 horas». Corbacho aseguró que el Gobierno «sólo reconsideraría su posición si las enmiendas que hubiera fuesen de fondo», porque cree que el nuevo tope de 65 horas supone «una regresión en la agenda social».