Dos mundos
Dos son los mundos y los idiomas sobre los que Junot Díaz construye una narración repleta de desarraigos íntimos y biográficos. Uno es el que está inmerso en la sociología bananera dominada por el patriocabulismo del generalísimo Trujillo, donde el protagonista no es precisamente Porfirio Rubirosa, sino un muchacho inseguro que busca en la literatura el medio de expresar frustraciones, pasiones, amores y hasta vicisitudes alegres o tristes de la saga familiar. El otro es, ya en la cima del desarraigo consumado, el que corresponde al emigrante o exiliado en tierra de promisión, cuyo encuentro con el bienestar del ámbito colegial y universitario norteamericano vislumbra un futuro de difícil integración o de imposible superación, sobre todo cuando la cultura es ajena y el físico no ayuda a elevar la autoestima. Se pasa entonces del desorden familiar, a la desorientación que se nutre de sueños y nostalgia.
Actualizado: GuardarDos mundos, pues, con dos idiomas entremezclados para expresar con el humor y la ironía de una prosa intensa y dinámica la emoción íntima del desarraigo. Una emoción de ficción pero personal y casi autobiográfica, en la que también se combinan dos mentalidades convertidas con el tiempo en una idiosincrasia única, capaz de juzgar las incoherencias de la existencia humana en los dos mundos.