«Le encontramos tres cartas en las que decía que nos iba a matar»
En la casa de esta familia portuense tenían asumido que algún día pasaría una tragedia después de soportar años de amenazas
Actualizado: GuardarEl mismo día que fue agredida su madre, José Antonio Montero había encendido todas las alarmas. «Había cortado la goma de la bombona de butano, se sentó en el salón y se encendió un cigarro. Quería volar la casa con nosotros dentro», recordaba tras unas gafas de sol uno de los dos hijos mayores de la víctima y la persona que abortó esa situación de riesgo. Estas duras afirmaciones eran refrendadas por su hermano, quien asegura que su padre nunca le perdonó que se fuera de su casa y que ésta se convirtiera en el refugio de los suyos, «cada vez que tenía un ataque», comentaba Juan Manuel.
La víctima, que tuvo que hacer un enorme esfuerzo para articular un testimonio debido a su deficiencia auditiva, se agarraba con fuerza a sus hijos. «Ha sido sólo verle en la sala, y no quería soltarme. Está convencida de que si sale a la calle, lo volverá a intentar», sentencia Juan Manuel. Por ese motivo, la Fiscalía solicitó ayer que el tribunal acordara mantener el ingreso en prisión preventiva del acusado, hasta que se dictara sentencia. Una petición que fue rechazada por la defensa, por lo que será estudiado por los magistrados.
Uno de los detalles más siniestros que se desmenuzaron ayer fue el hallazgo que hizo José Antonio después de ser detenido su progenitor. «Había escrito tres cartas en las que decía que nos iba a matar y que él también se quitaría la vida. Se despedía así del mundo».
Sin asistencia letrada
Al parecer, un error en la notificación fue el motivo de que el abogado de oficio de esta familia no se personara. Aunque estaban satisfechos con el trabajo desempeñado por la fiscal. Y sobre su experiencia vivida con la aplicación de la ley de violencia de género, Juan Manuel reclamó que las ayudas económicas no estén supeditadas hasta que no se conozca sentencia. «Ella no percibe ninguna prestación, salvo por su minusvalía, pese a la lamentable situación por la que atraviesa».