
Rotundo éxito de convocatoria de la gran cita con la moda de Cádiz
Los últimos desfiles provocaron largas colas de visitantes, aunque algunos diseñadores reconocen que la crisis ha afectado a las ventas
Actualizado: GuardarLa tercera edición de South ha dejado patente durante el fin de semana el interés de los gaditanos por la moda más joven y vanguardista. Los desfiles, sobre todo los de la tarde del sábado, reunieron a miles de adictos a las últimas tendencias que abarrotaron la carpa habilitada para la pasarela en el patio del Baluarte de la Candelaria. Las colecciones, sobre todo las de los diseñadores más consagrados que participaban en el certamen -Juan Vidal, Gori de Palma o Roberto Diz-, entusiasmaron al público, que observaba atónito las atrevidas propuestas de esta nueva generación de creadores. El aire andrógino de la obra de De Palma, la sofisticación de Vidal o el homenaje a la escultura hecha tela de Diz -el que tuvo un mayor éxito de convocatoria- compartieron pasarela con la dualidad de Solitas, la magia urbana de Bambi By Laura, la originalidad de Esther Ruiz de Quintanilla, la inspiración futurista de Sara Lage o la exquisita elegancia de Rosa Calderón. Propuestas para todos los gustos que evidenciaron la profusa creatividad y la imaginación de los jóvenes diseñadores españoles.
Los participantes coinciden en aplaudir la cita y elogiar el impulso que sus artífices -Ana Sánchez y Susana Galindo de Solitas- le han dado al certamen con los desfiles. «Ha tenido un gran nivelazo y creo que los gaditanos pueden estar orgullosos de haber montado una muestra así», asegura Roberto Diz. «Ayer desfilé y la carpa estaba hasta la bandera, las colas salían del recinto», relata con orgullo el diseñador. «Creo que South puede convertirse en un referente nacional si sigue esta línea», sentencia con optimismo Diz. La sevillana Rosa Calderón afirma llevarse «muy buen recuerdo» en su primera visita al certamen. «Además, el trato entre los diseñadores ha sido excelente», exento de extravagancias y divismos. Pese a mostrarse también positivo, el joven Juan Vidal pone el único punto negro al acontecimiento. «Ha sido un poco difícil trabajar con las modelos», confiesa, «en las pruebas creía que me daba algo porque son quienes lucen los diseños, pero en conjunto el resultado final ha sido bueno».
Desde la organización, resaltan la gran afluencia de público. Aunque a día de hoy no están contabilizadas las visitas, estiman que en esta edición se han superado con creces las del año pasado -2.500 personas acudieron en 2007 a la cita-. «Estamos muy satisfechas. Todos los diseñadores y editores de moda que han venido nos han dado la enhorabuena y nos han comentado que no tenemos nada que envidiar a otras pasarelas», cuenta Susana Galindo.
El efecto de la crisis
Los diseñadores del Showroom Mi vestido azul coinciden en el éxito de South, aunque algunos apuntan que la crisis ha hecho estragos y se nota en las ventas. «He vendido, pero me esperaba más», admite Begoña Oliete. «Las ventas han estado flojitas. Además, he echado en falta más gente del mundo de la moda, dueños de tiendas...», apunta Charo Marmolejo de la firma gaditana Boliche. «La crisis afecta desde hace tiempo».
Mejor suerte ha corrido la colección de Luceros de Inma y Nuria que lucen su perchero casi vacío. «El viernes hubo menos gente, pero el sábado las ventas fueron muy bien y hemos hecho contactos». En este sentido, Rosi Alves de Muzabamba, que acude desde el primer año, elogia el gusto de los gaditanos por la moda más arriesgada. «En Cádiz quieren ver ropa diferente y demandan cosas nuevas».
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