DIVIDIDOS. Dos camioneros enfrentados, el pasado viernes / O. C.
Ciudadanos

Dos huelgas y un destino

El paro de los camioneros afectará a todo el sector del transporte, pero ha sido convocado por grupos distintos que coinciden en la misma queja: el precio del gasóleo

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La huelga de los camioneros es, en realidad, dos en una. O mejor dicho, dos huelgas distintas convocadas casi a la vez, aunque ambas tienen el mismo sentido. Esta oferta dos por uno representa un buen reflejo de la atomizada situación del sector del transporte.

De hecho, los dos paros que coinciden hoy han sido iniciados por asociaciones de camioneros que incluso se muestran enfrentadas públicamente entre sí. Hasta el punto de que los actos de movilización también pueden llegar a estar divididos. Sólo las causas coinciden para ambas: los precios del carburante hacen inviable la actividad para los camioneros.

Por un lado, la Plataforma en Defensa del Transporte de Mercancías inició su parón el pasado viernes, por lo que hoy sólo se «intensificarán» las movilizaciones. Ésta plataforma aglutina a los camioneros autónomos, aunque no a la mayoría de este colectivo que supone el 80% de los conductores.

Por otra parte, la convocatoria que comenzó anoche, está organizada por Fenadismer y Confedetrans, que aglutinan al 20% de los transportistas.

La mayoría de camioneros gaditanos están asociados, por último, bajo las siglas de la CETM, la tercera asociación en discordia y mayoritaria en España. Ésta no respalda ninguno de los paros, aunque podría convocar otro el próximo 12 de junio si no llegan a acuerdos con el Gobierno.

Pese a todo, la paralización del transporte alcanzará a la práctica totalidad del sector, ya que incluso los no convocados detendrán sus camiones ante la amenaza de actos vandálicos, como ya ocurrió el viernes, cuando se registraron pedradas, roturas de lunas y pinchazo de ruedas.

Si las formas son distintas, los objetivos de las tres son similares: todas exigen al Gobierno medidas urgentes de control a un sector en el que impera la competencia desleal y los precios no satisfacen los costes, inflados a causa del gasóleo. «Las empresas nos pagan setenta céntimos por cada kilómetro, cuando a nosotros nos cuesta un euro. Y si no aceptas, buscan a otro que sí lo haga», explicaba ayer Rafael Cobacho, coordinador en Cádiz de la Plataforma en Defensa del Tranporte de Mercancías.

También coinciden al exigir al Ministerio de Fomento que establezca tarifas mínimas e incrementos de precios cuando oscile al alza el precio del carburante. Desde el Ministerio responden que este tipo de medidas no son posibles en un sector regido por las leyes del libre mercado y en el que no puede intervenir, ya que el transporte de mercancías no es un servicio público de interés general. Los camioneros, en cambio, afirman que sin ellos el país puede quedar paralizado. Y lo quieren demostrar esta semana.

mgarcia@lavozdigital.es