Fútbol y algo más

a inauguración de la Eurocopa reprodujo ayer el ambiente festivo que rodea los enfrentamientos entre selecciones cada cuatro años. La afición y el interés que despiertan los duelos entre combinados nacionales demuestran la inagotable capacidad del deporte del balón para regenerar su atractivo incluso cuando casi cada semana se celebran partidos convertidos en acontecimientos excepcionales a nivel planetario, extendiendo el fervor también a aquellos que lo contemplan habitualmente con indiferencia, desdén o hasta un punto de desagrado. Ese enganche siempre resulta más sencillo cuando la camiseta representa una identidad que supera la que puede acoger cualquier club, por poderoso que éste sea. Aunque resulta cuestionable que un negocio cada vez más mestizo y de inciertas identificaciones dé una respuesta igualmente comprometida a ese sentimiento colectivo.