EL RAYO VERDE

Corresponsabilidad

Los socialistas gaditanos celebraron ayer su congreso provincial extraordinario, que el miércoles prepararon con el alto mando, Manuel Chaves, en la sede de San Antonio, tras el acto del oratorio de San Felipe Neri. Hoy será tiempo de comentarios acerca de quién ha salido y por qué, que ya se sabe que criticar une mucho, pero todo indica que la unanimidad ha sido más unánime que nunca y la camaradería y la paz interna también, dados los vientos favorables que soplan y la tormenta que azota a los de enfrente. La disidencia está bajo cero, pero a pesar de todo «el aparato» ha tenido que cambiar la cerradura a la sede del comité local gaditano para terminar de congelar a los críticos.

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Habrá que ver si ahora que se dará más poder a las agrupaciones locales socialistas, como se anuncia en la ponencia política del congreso federal, habrá algún cambio a escala micro. El PSOE sigue sin resolver su «frente gadita», los militantes dedicados a hacer política en la ciudad, los autóctonos, y el propio peso de los temas locales en el debate interno, en la confección de programas, de planes, de estrategias, porque al partido en el gobierno de la nación y la comunidad le incumbe también su cuota de responsabilidad en la situación de Cádiz hoy, aunque no detente el Ayuntamiento. Primero, porque sobre la ciudad, su presente y su diseño de futuro tienen mucho que decir las administraciones central y autonómica. Segundo, porque en sus programas parece contemplada con lo que se dice «un perfil bajo», sin la relevancia que corresponde a una capital. Hay proyectos sobre el papel, algunos potentes, pero falta ilusión.

Por la propia identidad de la provincia, con tres comarcas diferenciadas, con ciudades muy pobladas y de fuerte personalidad e historia; por la propia coyuntura de la transición, que reaccionó al fuerte control franquista con descentralizaciones y comarcalizaciones; por la ausencia de una clase política local que reivindicara Cádiz y su futuro con contundencia -la que hubo se perdió en luchas intestinas- el PSOE no se ha ocupado bastante de la ciudad, de diseñar su futuro, de apostar por un modelo de capitalidad, de liderazgo, decidido. Que le pregunten a Carlos Díaz. La pérdida del Ayuntamiento no hizo sino agudizar ese olvido de Cádiz. Sólo Rafael Román, en su momento, intentó hacer política municipal desde la Diputación, pese a la anomalía que eso suponía, ante la inacción de su partido y en vísperas de su aterrizaje en la lista electoral.

No sé, por ejemplo, si dentro del PSOE hoy hay alguien que se parta la garganta defendiendo ante los suyos, por ejemplo, que es preciso apostar por localizar en la Zona Franca un polígono tecnológico e industrial de primera línea, en contra de otros que quieran llevárselo a su pueblo, a Jerez, a Medina, a Alcalá, a Chiclana, a Benalup... ¿Alguien representa a la ciudad en el debate interno del PSOE, alguien hace valer el interés de los gaditanos, el futuro de la ciudad, sin que le hagan callar alegando que actuar aquí es darle votos a Teófila? ¿Alguien hace de lobby de Cádiz ciudad en Sevilla o Madrid? Leo entre el programa de propuestas del PSOE para esta plaza una que me pone los pelos de punta: se refiere a la necesidad de un plan intermodal de transportes. Da escalofríos, como caer en el túnel del tiempo: ¿Hace 30 años, y no exagero, que estamos hablando de eso aquí, con esas mismas palabras, y todavía está por conseguir! Una parte de la culpa reside en la ciudad, claro. Por todas estas razones geopolíticas, físicas, históricas, sociológicas y hasta psicológicas, Cádiz no ha sabido hacerse con un liderazgo siquiera de la Bahía, no ha sabido hacer guiños a los demás, sino que se ha cerrado en mirarse el ombligo y en lamentarse, una conducta de la que ha participado también el Ayuntamiento del PP, que ha propiciado el victimismo, el numantismo, y no ha dejado ni un rincón a los demás para que salgan en la foto. Así nos va.

lgonzalez@lavozdigital.es