Canciones de redención
Los ingleses Spiritualized vuelven a la actualidad rock de la mano de un sexto álbum sugerente e inspirado
Actualizado: GuardarCinco álbumes de estudio en dieciocho años de trayectoria pueden ser un bagaje insuficiente para cualquier banda excepto para Spiritualized. De hecho, su discografía se ha desplegado durante tantos años al ralenti, reproduciendo los espacios y tempos de una música que ha situado al grupo entre los iconos más venerados, también controvertidos, del rock británico de las dos últimas décadas.
Encabezados por Jason Pierce (1965) y surgidos de las cenizas de los seminales Spacemen 3, Spiritualized han ido administrando sus explosiones y silencios desde una perspectiva que no ha reparado en las exigencias del mercado para discurrir según sus impulsos y necesidades expresivas, entre el hipnotismo ensoñador de su inicial Lazer Guided Melodies (1992) y las grandiosas orquestaciones de Let It Come Down (2001) pasando por los sugestivos pasajes del aclamado Ladies and Gentlemen We Are Floating In Space (1997). La capacidad de Pierce -su líder absoluto como J. Spaceman- para manejar un abierto arco de referencias que se nutre de gospel, minimalismo, blues, soul o, por supuesto, rock, ha configurado una propuesta especial, capaz de saltar de la épica psicodélica al cautivador intimismo, sometida a los baches que dictaba la trayectoria personal de Pierce aunque sin ceder un ápice de identidad.
Cinco años después de su última entrega -Amazing Grace (2003)- Spiritualized retornan al escaparate discográfica con Songs in A&E (Spaceman -Nuevos Medios; 2008). El álbum se construye alrededor de la grave enfermedad sufrida por Pierce durante la fase de composisión de sus temas. Una circunstancia personal que impregna tanto su título (A & E : Accidente & Emergencia) como unos textos que abordan el dolor desde un prisma antes espiritual y anímico que físico.
Factor impulsor
Combatiendo el pesimismo de su factor impulsor, las canciones del álbum brotan de un vitalista impulso de trance y dinamismo a modo de catarsis redentora y terapeútica de los fantasmas y riesgos que han acechado a Pierce durante esta tambaleante etapa de su vida. Una trama de arreglos de guitarras, cuerdas, coros y vientos lleva en volandas a la perezosa y seca voz de músico británico haciéndola discurrir por inspirados derroteros -Death take your fiddle, Soul on fire o The Wave Crash In sirven de ejemplo- que revitalizan con éxito su marca sonora.