La vida es bella
Sorprendí (Piovani me acompaña de fondo mientras escribo estas letras), sorprendí, decía, el otro día a un conocido en unos raros escorzos, manejando con un habilidoso juego de tobillo la suela del zapato contra el bordillo de la acera, «¿Qué haces?», «Se me acaba de rebelar un pasodoble: Hacia una noche maravillosa, de esas que invitan a pasear, fui divagando por entre calles y una caquita vine a pisar...» ¿Rebelao...? («Hasta luego»), nunca me había planteado el lado desapacible de esas canciones que se van quedando entre nuestro bagaje, pero relacioné: el tiempo más nublado se correspondió con el Cara al sol; un clásico de mi generación, «Qué alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor...» era llegar a Dios, aunque igual de tradicional para mi generación ha sido salir de esa casa; no llegué a pisarla por culpa de otro clásico, ¿con qué canción te enamoraste? (manda huevos, con Karina). «Al mirar al cielo azul, a Cupido descubrí...» (qué pena no me hubiese cagao una paloma cuando miré);
Actualizado: GuardarCuando cambié las canciones vacías por las de mensaje me encontré con Serrat cantándole a Alberti «Se equivocó la paloma...» (me lo vas a decir a mí que no me puso perdío cuando debía), y avancé por la denuncia «Todos tenemos un precio, todo se compra y se vende...» hasta llegar a las comprometidas, «Habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad...». Debí levantar la vista tarde, me encontré con Victor Manuel y su compraventa: la burbuja inmobiliaria me tapaba la libertad, tú, y lo que no hizo la paloma lo ha hecho ella, explotar y dejarme perdío de deudas (ya ves pa que me vale ahora ver la libertad...) En fin, pienso en la secuela que dejará en las criaturitas el Chiki-Chiki y me reconforto con Benigni cantándole apacible a lo trágico (arriba Piovani, ¿Laaaa, la la la la la la la...!) La vida es bella.