Jerez

momentos compartidos

CALLE PORVERA Cuando organizamos una de nuestras salidas nocturnas parece que se para el mundo. Como si tuviéramos quince años, permanecemos dos días pensando la ropa que vamos a llevar en tan magno acontecimiento, y siempre nos cuesta trabajo ponernos de acuerdo a la hora de elegir el lugar donde cenar, pues hay algunas cosas que por desgracia no cambian, y nuestros bolsillos continúan pelados, sobre todo si quedamos a finales de mes.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Aunque nuestra amistad ha sido tardía, en una etapa de la vida en la que uno piensa que ya cerró su círculo hace varios años, las cosas que hemos compartido nos han acercado de una forma natural y hacen que nos empeñemos en continuar alimentando nuestra unión. En estas reuniones que espero con ansia, al final acabamos siempre hablando de lo mismo, de este trabajo ingrato que nos ha hecho encontrarnos y sin el que parece que nos falta la vida. De las experiencias laborales, los cotilleos de la profesión y, por supuesto, de los amoríos de cada una, que a pesar de que a alguna le traen ciertos sinsabores al final terminamos entre risas con las anécdotas que nos contamos, sobre todo de las que no tienen pareja y se lamentan de cómo está el mercado nacional.

Fuera del trabajo y de estos encuentros, nuestras vidas son muy diferentes, pero hemos logrado conectar, también gracias a los buenos y malos ratos que hemos pasado juntas. Por éstas y por muchas razones más, hoy les dedico mi humilde columna, porque con su complicidad y su alegría hacen más llevadero el difícil camino de la periodista y, sobre todo, de la persona, enseñándome a disfrutar de los pequeños momentos que compartimos.