La cumbre de la FAO concluye con una declaración contra el hambre repleta de críticas
El proyecto aprobado cuenta con la objeción de Argentina y las duras críticas de Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia que consideran que no recoge medidas reales
ROMA Actualizado: GuardarViejos compromisos y lugares comunes. De estos dos elementos se compone el proyecto de declaración final aprobado por el Plenario de cumbre mundial sobre seguridad alimentaria convocado en Roma por la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para abordar la crisis alimentaria mundial.
Ideas como eliminar el hambre del mundo y de no utilizar los alimentos como un instrumento político y económico han sido los argumentos de peso en una declaración que cuenta con la objeción de Argentina y las duras críticas de Venezuela y Cuba, que consideran que en el documento no se adoptan medidas reales para acabar con el hambre en el mundo.
A esas críticas se han unido, tras la aprobación del proyecto, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, ante lo que el presidente del plenario ha cortado la palabra a las delegaciones. La representante ecuatoriana ha señalado que "son muchos los países que no están de acuerdo" con el proyecto de declaración. Sin embargo, ninguno ha impedido que el documento fuera aprobado por todos los participantes, con la excepción de Argentina que ha hecho objeción al texto completo.
El director General de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, se ha mostrado sin embargo muy satisfecho por haber llegado a un consenso y ha asegurado que los resultados obtenidos tras la cumbre sobre la seguridad alimentaria han estado "a la altura de las expectativas".
Llamamiento a tomar medidas reales
A pesar de los reiterados llamamientos en la cumbre para dejar de hablar sobre el hambre y comenzar a tomar medidas, la redacción del documento final ha sido lo que finalmente amenazaba con impedir el éxito del encuentro. El delegado sueco Tomas Dahlman ha explicado que la mayor parte de los países discrepaba con las restricciones a la exportaciones y los impuestos, como las que Argentina fija a los envíos de granos y ganado para proteger a los consumidores contra la inflación de los alimentos y han desatado huelgas por parte del sector rural.
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, había advertido que "se necesita actuar ya" y pidió "resultados en tiempo real". Medidas que no se han materializado en promesas por parte de los Gobiernos mundiales con con excepciones como la de España, que se ha comprometido a poner en marcha una serie de medidas con un presupuesto de 500 millones de euros hasta 2012. También el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció que su país destinará mil millones de euros en los próximos cinco años a los países del África subsahariana para el desarrollo agrícola.
Otros creen sin embargo que la cumbre cumplió su objetivo al concentrar la atención mundial sobre el hambre y los agricultores pobres. Aunque la cumbre no buscaba definir promesas de ayuda o delinear nuevas políticas mundiales, ha puesto al hambre en la agenda de la cumbre que celebrará en julio el G8 en Japón. Para entonces, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, tiene previsto dar a conocer un plan de acción.
Los datos de la escalada del hambre
La cumbre fue convocada por la FAO para buscar maneras de garantizar los suministros de alimentos en medio de la fuerte demanda -especialmente en los países de rápido crecimiento de Asia-, las pobres cosechas y la escalada de los precios de los combustibles. Esos factores han contribuido a que los precios de las materias primas se dupliquen en el último par de años, lo que según el Banco Mundial amenaza con sumar 100 millones de personas a los 850 millones que ya sufren hambre.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé en un informe que los precios del arroz, del maíz y del trigo retrocedan desde sus actuales niveles, pero que mantengan un alza de hasta un 50% en la próxima década. La FAO estimó que la producción de alimentos debe aumentar en un 50% para el 2050 para poder abastecer la demanda.