NEGOCIO. La actividad, aunque sigue siendo importante, ha descendido notablemente en las paradas de la Plaza de Abastos. / CRISTÓBAL
Jerez

Las ventas caen más de un 50% en la carpa de pescado de la Plaza de Abastos

Los pescaderos culpan a la crisis y a las deficiencias de la ubicación provisional Hay paradistas que han recurrido a créditos para afrontar las pérdidas

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El volumen de ventas se mantenía hasta no hace mucho más o menos constante a lo largo de todo el mes. Ahora, sin embargo, comienza a bajar considerablemente y de forma progresiva a partir del día 10. Y es que los clientes de la carpa de pescado de la Plaza de Abastos, en su mayoría amas de casa, «lo pasan realmente mal para llegar a final de mes y tienen que hacer auténticas virguerías», según Manuel Flores, paradista y nuevo presidente de la Asociación de Minoristas del Pescado de Jerez.

Flores y el resto de los 42 paradistas de la carpa provisional de la Plaza de Abastos tienen claro quién es la gran culpable: la crisis económica. «Si las hipotecas suben tanto y el sueldo que hay en una familia es de mil euros, es complicado gastar como antes y cuesta muchísimo trabajo estirar el dinero hasta que acaba el mes», afirma el presidente del gremio de los pescaderos.

Y ellos, los propios paradistas, están sufriendo las consecuencias, con unos descensos en los ingresos que oscilan entre el 50 y el 60% en los primeros meses del año. Aseguran que la situación comienza a ser insostenible y, según Flores, hay casos en los que incluso la subsistencia se hace complicada y en los que se ha tenido que recurrir a créditos para afrontar las pérdidas.

Juan Manuel Barroso, paradista que lleva 20 años con el negocio, apunta en la misma dirección y asegura que la crisis empieza a ser «preocupante». «Se nota que la gente compra bastante menos que antes, pero nosotros tenemos que seguir haciendo frente a todos los gastos que tenemos, que son muchos», explica.

Pero la recesión económica no es la única culpable del descenso de las ventas, según ellos. Dicen que también lo son las numerosas deficiencias que presenta la carpa provisional en la que se encuentran mientras concluyen las obras de remodelación de la sala del pescado del Mercado. Hablan de malos olores, de un suelo extremadamente resbaladizo y que ha causado ya más de una caída, del fuerte calor existente... «Claro, el cliente piensa, con razón, que no tiene por qué aguantar esto cuando vienen a comprar, y muchos dicen que no vuelven más», se queja Manuel Flores.

Éste critica también la pasividad del Ayuntamiento en este asunto, ya que, según afirma, además de no poner remedio a esos problemas, «dijo que estaríamos en la carpa sólo tres meses y aquí seguimos desde Navidad».