CiU abre la puerta a un pacto con los socialistas tras el verano
Durán i Lleida lo ve viable, pero el líder de la federación nacionalista pone objeciones
Actualizado:La invitación socialista a CiU a formalizar un acuerdo parlamentario estable tras el verano no cayó en saco roto. El portavoz nacionalista en la Cámara, Josep Antoni Durán Lleida, admitió que tras las vacaciones estivales «pueden pasar muchas cosas» en las relaciones entre los dos grupos. Esta disponibilidad motivó el enfado de Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya, que tacharon de sociedad de socorros mutuos esa posible alianza.
El Gobierno y el PSOE no quieren estar al albur de las coyunturas para sacar adelante sus propuestas legislativas, y aunque la estrategia de acuerdos 'a la carta' dio buenos frutos para los socialistas en el tramo final de la legislatura pasada, ahora quieren estabilidad. Y quien mejor puede ofrecer esa seguridad es CiU pues sus diez escaños completan, con los 169 de los socialistas, una cómoda mayoría absoluta. Los acuerdos con el PNV son, por ahora, inviables ante el reto planteado por el 'lehendakari' Juan José Ibarretxe, y además sus seis diputados no garantizan la mayoría.
Guiño de Alonso
El PSOE, además, tiene un mal recuerdo de la alianza con Esquerra Republicana en la anterior legislatura, con el agravante de que sus tres escaños son insuficientes, lo mismo que los dos de IU-Iniciativa. Con este panorama, los socialistas dirigieron su mirada hacia el nacionalismo catalán y el portavoz del partido gubernamental en el Congreso, José Antonio Alonso, hizo un guiño el lunes a CiU para que a partir de septiembre se convierta en ese socio estable. Durán Lleida recogió ayer el guante.
El portavoz nacionalista señaló que ahora sólo son posibles «los acuerdos puntuales», pero después del verano «pueden pasar muchas cosas» y cambien las circunstancias. En especial, subrayó, con la asamblea de Esquerra Republicana, que se celebra este sábado y que puede decidir la salida del partido del Gobierno tripartito catalán. Ante esa eventualidad, el panorama político de Cataluña cambiaría por completo ya que el Ejecutivo autónomo estaría en minoría parlamentaria. Durán, de todos modos, no se atrevió a «hacer pronósticos».
El principal escollo para la formalización del acuerdo entre PSOE y CiU radica, por paradójico que parezca, en la propia federación catalana. El líder de los nacionalistas, Artur Mas, está en radical desacuerdo con una alianza con los socialistas mientras el Partit dels Socialistes de Catalunya esté al mando de la Generalitat. El dirigente nacionalista tachó de «lisonjas» las invitaciones del PSOE a pactar porque el Gobierno de Rodríguez Zapatero «nos necesita», pero CiU, aseguró, no se va a dejar enredar.
Mas, que tiene que lidiar en julio con el congreso de su partido, Convergencia Democrática, y tiene contestación interna, condicionó un acuerdo con el PSOE en el Congreso a un cambio de Gobierno en Cataluña para que CiU, como fuerza mayoritaria en votos y escaños, se haga con el timón del Ejecutivo autonómico.