Cierran un bar cercano a José Antonio donde los propietarios vendían droga
La ayuda vecinal ha sido clave para que la Policía Nacional volviera a intervenir en las inmediaciones de la barriada José Antonio. Un bar situado en la calle Santa Clara ha sido precintado después de que sus propietarios fueran detenidos por vender drogas en su establecimiento.
Actualizado: GuardarLas primeras informaciones que llegaron a la comisaría portuense lo hicieron en forma de queja. Personas que residen cerca del bar Quijote constataban a diario la entrada y salida de consumidores. Ante estos indicios, el Grupo de Estupefacientes organizó un dispositivo específico en torno al establecimiento que consistía en agentes de paisano que se confundían con la clientela. Así, estos funcionarios policiales pudieron comprobar que las informaciones vecinales eran ciertas.
Para atar bien todos los cabos y evitar la destrucción de pruebas, los policías realizaron un registro sorpresa, después de que varios compañeros de paisano verificaran que en el interior del local se estaba vendiendo droga.
El registro del bar dio resultados porque hallaron una importante cantidad de cocaína preparada para su distribución entre los consumidores. También fueron requisados otros efectos vinculados directamente con la manipulación de los estupefacientes. La inspección se saldó con la incautación de: 120 gramos de cocaína de gran pureza, 39 dosis en papelinas, 40 gramos de hachís, balanzas de precisión, recortes para confeccionar papelinas, diversos teléfonos móviles y 2.828 euros, según confirmó ayer la Comisaría portuense a través de una nota de prensa.
Dos detenidos a prisión
Los dos propietarios del establecimiento son un matrimonio que tiene antecedentes por hechos similares: M.G.S., de 65 años, y M.P.G., de 62, los cuales pasaron a disposición judicial en la mañana de ayer. El juez instructor, tras interrogarles, decretó un auto de prisión para ambos.
En el transcurso del registro también fue apresada una persona que en ese momento podría estar cerrando una compra de estupefacientes. Se trata de M.R.R., de 51 años, quien quedó en libertad con cargos después de ser llevado a los juzgados.
El bar fue precintado y según fuentes de la comisaría portuense no es la primera vez que este establecimiento está bajo sospechas por el continuo trasiego de consumidores que se citan en él.