ARTE. Una de las obras expuestas. / ANTONIO VÁZQUEZ
Cultura

Nuevas pinceladas de talento

Alumnos de la Escuela de Artes de Cádiz exponen sus obras por primera vez en El Pópulo

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Cuando el profesor Mario Domínguez de Primero de Bachillerato de la Escuela de Artes de Cádiz vio lo que habían sido capaces de hacer sus alumnos exclamó: «Esto hay que enseñarlo». Sus palabras se hacían realidad ayer cuando a las siete de la tarde se inauguró la muestra Aprendices de artistas en la Sala de Exposiciones de El Pópulo. Fieles a la cita, y vestidos de gala para la ocasión, se congregaron los alumnos cuyas obras habían sido seleccionadas para la muestra. Como indicó el director de la Escuela Luis Gonzalo en la exposición se exhiben una treintena de obras entre pintura y esculturas. «El objetivo es que lo que hacemos salga a la calle y sea un arte participativo», comentó.

«Yo pinto abstracto»

«Queríamos que los alumnos estuvieran orgullosos de lo que habían hecho, que no es necesario pintar un Velázquez para hacer algo digno», comentó el profesor Domínguez. «Sé que la mitad de ellos no serán al final pintores ni escultores pero lo importante es que disfruten».

Y para «divertirse» con el arte, los alumnos tuvieron el reto de ver las cosas a través de los ojos y la paleta de un artista. «Algunos me decían que lo abstracto era eso que podía hacer cualquiera. ¿Hasta que se pusieron a intentarlo!». Ese fue el caso de Sara Guisado, una de las alumnas que ayer exponía sus primeros dos cuadros de su corta pero prometedora carrera. «Parece que detrás de un cuadro abstracto no hay nada pero cuando te pones te das cuenta que cada pincelada está muy estudiada y es más difícil hacerlo bien», comentaba la joven creadora que debutaba ayer en la Sala del Pópulo.

«Yo sé que el cuadro no me lo va a comprar ni Dios pero ya puedo decir: yo una vez expuse». El gaditano Javier Neira se tomaba ayer con mucho humor eso de debutar en las salas de arte. «Yo expongo dos: uno impresionista y otro en tonos blancos», explicaba muy «ilusionado». Junto a él y a Sara otros compañeros de la Escuela vivían una tarde inolvidable, un día en el que pudieron probar los mismos nervios que sufrieron a menudo muchos de los artistas que ahora ellos estudian.

malmagro@lavozdigital.es