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Venezuela y Navantia tienen que acordar ahora dónde se construirá el octavo buque

El astillero venezolano de Dianca, en Puerto Cabello, no reúne condiciones para construir uno de los ocho buques que ha encargado a Navantia la Armada del país caribeño. La empresa española cerró en noviembre de 2005 un contrato con el gobierno de Hugo Chávez para la construcción de cuatro patrulleros oceánicos para vigilancia y protección y cuatro buques de vigilancia del litoral, conocidos como BVL. Una de las condiciones del contrato hacía referencia a la transferencia tecnológica. Es decir, Navantia se comprometía a construir el octavo buque, concretamente un BVL, en suelo venezolano y enseñaría allí a técnicos del gobierno de Chávez a desarrollar este tipo de tecnología.

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Fuentes sindicales confirmaron anoche a LA VOZ que ha surgido un problema con este asunto. Los empleados de Navantia que llevan un mes en Venezuela preparando el terreno para la construcción del buque han puesto de manifiesto las dificultades del astillero contratado y toca ahora al Gobierno de Venezuela decidir si se sigue con el plan de transferencia tecnológica y se busca un nuevo astillero o, por el contrario, se decide construirlo en la Bahía de Cádiz.

Esta situación no enturbia en absoluto la construcción del resto de barcos del contrato con Venezuela. La firma ha supuesto para Navantia en la Bahía más de cuatro millones de horas de trabajo. En octubre se botarán en el astillero de Puerto Real dos patrulleras. Es un contrato que garantiza empleo hasta 2012.

Fuentes de la dirección de Navantia confirmaron a este periódico, en relación a rumores sobre despidos, que la compañía está a pleno rendimiento con la actual carga de trabajo y no se prevén despidos.