Cádiz acoge un curso internacional en pleno 'boom' de la arqueología subacuática
Alumnos y profesores coinciden en que el caso 'Odyssey' ha reavivado el interés de las administraciones por estrechar la vigilancia sobre el patrimonio sumergido Los participantes 'bajarán' hasta los pecios del 'Fougeux' y del 'Bucentaure'
Actualizado:Entre 1870 y 1922, Schielemann descubrió Troya, Carter excavó la tumba de Tutankamon y Leigman colocó las pirámides de Palenque en el mapa arqueológico internacional. En poco más de 50 años se multiplicaron los hallazgos, los museos se llenaron de piezas insólitas, y los manuales académicos de innovaciones metodológicas. Lo que varió en ese periodo fundamental para la historiografía moderna no fueron los medios, ni las inversiones, ni los procedimientos. Entre las instituciones caló, de pronto, la idea de que el patrimonio enterrado era fundamental para esclarecer periodos enteros de la Historia Universal que habían permanecido, hasta entonces, en el limbo de la especulación, o enredados entre la leyenda y el mito.
Ese mismo cambio de mentalidad, tan necesario para la evolución de la ciencia, se está fraguando, ahora mismo, en el campo de la arqueología subacuática. Después de décadas de predicar en el desierto, sufriendo la consideración del patrimonio sumergido como el hermano pobre del terrestre, pioneros como el catalán Javier Nieto o la directora del CAS, Carmen García Rivera, empiezan a constatar una mayor sensibilidad «de todos» a la hora de proteger y estudiar esa parte fundamental de nuestra memoria que yace bajo las aguas. El caso Odyssey, si bien no es el desencadenante primero del proceso, puesto que «las administraciones llevan años trabajando pasito a pasito para que estemos a la altura de nuestros vecinos europeos», sí ha constituido un «revulsivo» en los últimos tiempos, según explica el profesor Javier Nieto.
Cádiz, como puerta del Mediterráneo y sede del Centro Andaluz de Arqueología Subacuática, está llamada a jugar un papel importante en este redescubrimiento de lo sumergido.
De Malta a Cabo Verde
Desde ayer, la ciudad acoge un curso especializado en el que 14 alumnos procedentes de países como Malta, Portugal, Italia, Francia o Cabo Verde reciben la formación adecuada para enfrentarse a los nuevos retos de este ámbito, que cuenta en España con algo más de tres décadas de rodaje.
Javier Olmo, arqueólogo gaditano y alumno del curso, reseñó la dificultad de encontrar cursos de «este nivel», y achacó al efecto Odyssey que se esté prestando una mayor atención por parte de las administraciones a la formación de profesionales en la materia. «Está claro que se está viviendo un boom que antes no había. Muchos parece que han tenido que esperar a que esto ocurriera para enterarse de lo que hay bajo el agua, aunque los arqueólogos ya lo sabíamos», apunta.
La delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, explicó en la jornada inaugural del encuentro que «gracias al proyecto Arqueomed, una nueva generación de arqueólogos se conocerán, aprenderán y trabajarán juntos, más allá de fronteras territoriales e idiomáticas, para conseguir un fin común: mejorar el conocimiento del patrimonio sumergido, según las estrategias de acción planteadas por la UNESCO».
Carmen García Rivera, directora del Centro, agradeció por su parte el esfuerzo realizado por la Junta, la UCA y autoridad portuaria, además de a la Generalitat de Cataluña, que ha cedido el Thetis para las inmersiones prácticas de los alumnos, que bajarán a los yacimientos del Fougeux y Bucentaure. A lo largo de los próximos días, estos «catorce afortunados» recibirán clases de algunos de los profesionales más reputados de España.
dperez@lavozdigital.es