Natascha
Usted recordará que en Austria hay una muchacha llamada Natascha Kampusch que fue secuestrada a los doce años y pasó ocho encerrada en un sótano por su captor. Ahora esa chica ha estrenado un programa de televisión en la cadena austriaca Puls 4: se llama Natascha Kampusch trifft, donde entrevista a gente importante. Como es natural, el único interés del programa es su protagonista. Es muy interesante verla en acción, delante de la cámara. Puede usted mismo hacerlo en la web www.natascha-kampusch.at.
Actualizado: GuardarEl comportamiento de Natascha es cohibido. Supongo que los psicólogos sacarán de la observación un completo diagnóstico: la mirada ocasionalmente furtiva, una serenidad aplicada, el gesto modoso, etc. Pero el diagnóstico pierde fuerza si uno constata que ese comportamiento no deja de ser idéntico al de otros millones de chicas de 20 años cuando se ponen por primera vez delante de una cámara. Casi era más interesante ver cómo se conducía ante Natascha su primer invitado, el piloto Niki Lauda, un tipo acostumbrado a ser el foco de atención, antes y sobre todo después de su accidente. Desde aquella catástrofe que le desfiguró el rostro en 1976, ha demostrado poseer una fuerza de ánimo extraordinaria.
Pero la protagonista del encuentro era Natascha, hasta el punto de que Lauda terminó comportándose como si el entrevistador fuera él, preguntando a su interlocutora por «lo suyo». En este punto la televisión se convierte en una especie de gran terapeuta de masas: en la operación, Natascha supera su trauma mediante la exposición pública, Lauda supera el suyo por aproximación a Natascha y el público, en general, supera sus traumas diversos rodeando a Natascha de calorcito y cariño.
Y el crítico dirá: «La tele ya no sabe qué hacer para sacar dinero, pobre chica». Pues sí, es verdad: la propia presentación de Natascha Kampusch trifft apunta deliberadamente a sacar el mayor rédito posible del asunto. Pero, por otro lado, el programa no puede ser más blanco y a su protagonista no le hará ningún mal, incluso al revés: quiera ella o no, esta joven va a ser toda la vida un personaje público. Más vale que lo sea por la vía más indolora posible.