Cuestión de tiempo
Ya sabemos quién es el hombre más rápido del mundo. Aquiles es ahora jamaicano y se llama Bolt, que significa rayo. Los expertos dicen que aún no domina la técnica, ya que sólo tiene 21 años, pero avanza 2,60 metros por zancada y es el primer ser humano que recorre cien en 9,72 segundos. Establecido este récord de velocidad en atletismo, nos queda por saber quién es el más lento en política. Muchos piensan que el señor Rajoy está muy bien dotado para alcanzarlo. Los críticos vaticinan que los barones de su partido le dejarán caer después del congreso, cuando haya que designar al candidato del PP a la presidencia del Gobierno. A la tercera puede ir la vencida. No será por falta de entrenamiento.
Actualizado: GuardarQuizá sea un tanto artificiosa la comparación del atletismo con la política. Bolt ha batido el récord de los cien metros lisos, pero cualquier candidato a mandar en su partido está obligado a transitar sobre pistas sembradas de bombas racimo dialécticas, sin contar las zanjas construidas por sus amigos más cercanos. Quiere decirse que el joven de Jamaica tiene más facilidades que el señor maduro de Galicia. No es que no domine la técnica, sino que la técnica ha llegado a dominarle a él, ya que el reglamento estaba hecho por su antecesor y, al mismo tiempo, por sus presuntos herederos.
Nunca sabremos cuánto tiempo se tarda en llegar el primero a la meta. El ser humano corre que se las pela y cada vez más deprisa.
La plusmarca del Tarzán de mi infancia ya la ha batido una mujer, para vergüenza histórica de aquel Weismuller cuya capacidad mental sólo le permitía discutir en serio con Chita. No se avanza tanto en política. Ahora el emergente señor González Pons propone una mejoría de la democracia interna de los partidos. Otro récord de lentitud.