Rodolfo y el Carnaval
Actualizado:cuando vi por primera vez a Rodolfo Chikilicuatre, me vino a la memoria aquel célebre faquir que se avecindó en Cádiz, tan excéntrico y raro que en voz alta gritaba para llamar la atención Me la tajelo, me la como Tan delgado como Rodolfo, la cara alargada y ajada. Las cosas que decía y los bailes esotéricos que interpretaba el faquir gaditano tenían más gracia y más tirón que el argentino intérprete de la canción que representó a España en Eurovisión, Baila el Chikichiki. La letra de la canción de Rodolfo, de la factoría de Buenafuente, es de tan baja calidad y tan hortera que cualquier letra de nuestras agrupaciones de carnaval la superaría con creces aunque fuera en esperpéntico cachondeo.¿Ya quisieran! El vestuario que lució el pampero-catalán era de lo más cutre y jamás se llevaría la Aguja de Oro. El enorme tupé de Roberto es copia de una chirigota de la Peña Enrique el Molondro Los Travoltas y la guitarrita de plástico, la compró en el Millonario de oferta. Me desnivelé cuando contemplé el cuerpo de baile del Chikichiki. ¿Pura sangre española! Francamente, sin comparaciones odiosas me inclino por nuestras Marujas del Selu, por arte, saber estar en el escenario y arrobas de gracia fina. Lástima que el arte y el ingenio creador de nuestros autores pase casi desapercibido y sin tomarle la importancia que tiene y merecen. El festival de Eurovisión esta desvertebrado y caduco, el Carnaval de Cádiz se renueva cada año con savia nueva para el arte. Platita fresquita va a ganar el Chikilicuatre y un puñado de gente más, que es lo que interesa. Se va a Eurovisión en nombre de España, pero no se defiende España. Se defienden intereses y compadreos. Negocios con dinero público bombardeando a los espectadores para que bailemos El Chikichiki y consumamos más politonos, internet y discos, para que unos cuántos señores en nombre de España se llenen generosa y descaradamente la de Ubrique. ¿Que país de primos!