Lluviosa tregua

os daños ocasionados por la lluvia caída el pasado fin de semana en la parte oriental de la cornisa cantábrica, e incluso los provocados en determinados sembrados catalanes, no pueden ocultar que la diatriba sobre el suministro de agua en el conjunto del territorio español cuenta con una tregua gracias a un final de mayo lluvioso. La publiometría de las últimas jornadas ha reproducido en buena medida el desigual mapa hídrico de la península. Pero constituye un alivio del que las instituciones no deberían aprovecharse para silenciar de nuevo el problema, sino para acometerlo de manera más racional y no sujeta a imperiosas necesidades del momento. Una oportunidad al alcance de las comunidades del Mediterráneo, y que sobre todo obliga al Gobierno a liderar un acuerdo integrador y duradero, en especial en relación a la cuenca del Ebro.