A cuanto sube la gasolina
La subida del precio del petróleo en las últimas dos semanas ha reactivado los nefastos mecanismos de la inflación. Todo sube de precio. Lo previsible es que la gasolina no se quede en 1,23 euros y que el gasóleo también vaya más allá de 1,31 euros. La escalada del barril de crudo ha superado las previsiones más agoreras y la inflación puede situarse pronto en el 5%. Para países con alta dependencia energética como es España, la política de energía es parte 'sine qua non' de la acción exterior, de la ubicación geoestratégica. Aunque miremos para otro lado, el abastecimiento energético es uno de los problemas de España a inicios de este siglo.
Actualizado:De forma reiterada, la economía española se ha visto estrangulada por el precio del barril de oro negro. Solo faltaba el enorme incremento de consumo por parte de países como China y la India para disparar los precios. Cualquier día pueden descubrirse nuevas energías o reconocer en valor de la nuclear pero hasta entonces viviremos con el dogal del precio del petróleo y mucho más si países con un sistema político ambiguo como Venezuela o Rusia siguen practicando la petropolítica. Una política energética con proyección de futuro es la que reduce la dependencia del exterior y hace posible una economía más competitiva más allá de esos ciclos depresivos del precio del petróleo.
En España, del petróleo y gas natural se obtiene más de la mitad de la energía eléctrica. Pero la opinión pública desestima la alternativa nuclear por razones ambientales siendo como es la más limpia de las energías, incluso para la ecología. Ahí la reforma necesaria consiste en anular el calendario de cierre de las plantas existentes -derogar la moratoria- y poner en pie un nuevo gran parque nuclear para adentrarse en el siglo XXI con garantías de suministro.
Actualmente, ese suministro eléctrico pasa por el despropósito de comprar electricidad francesa, producida en centrales nucleares que cubren casi el 80% del consumo eléctrico de Francia.
En estos momentos, Zapatero aplica la acrisolada táctica de mirar para otro lado pero la gasolina sube de precio un día sí y otro también.
El petróleo está causando un nuevo orden mundial cuyo equilibrio de poder -o más bien desequilibrios- está entre los países productores de petróleo y un Occidente que consume oro negro por todos sus poros. Vamos ahora mismo hacia un mundo acosado por la inflación, con los precios disparados. Es cierto que otras crisis económicas provocadas por el petróleo forzaron ahorro en el consumo, otros modelos de transporte, automóviles de distinta envergadura. Esta vez todo parece más grave y definitivo. Romper con las formas actuales de dependencia energética es el objetivo.
Lo reconoce de forma explícita la Unión Europea. A medio plazo, la única tecnología energética contrastada es la de origen nuclear.
Ahora mismo, la aportación que puedan hacer los biocarburantes o la energía eólica es de poco volumen. Lo que hace falta es convencer a la opinión pública, en España y en toda la Unión Europea, de las ventajas de la energía nuclear. Ahí vamos a topar con la intensa demagogia de las últimas décadas. Al precio del petróleo habremos de sumar el coste de lo demagógico.