Dios se paseó por el barrio de San Miguel en la Minerva
Brillante. Pocos calificativos más pueden emplearse para definir lo acontecido ayer en la parroquia de San Miguel. La hermandad del Santo Crucifijo volvió a ponerse sus galas sacramentales para volcar a un barrio entero en su procesión más esperada, la de Minerva, que contó con la presencia del Cardenal de Sevilla.
Actualizado: GuardarAmigo Vallejo estuvo cercano y carismático en una homilía que se recordará mucho tiempo por la parroquia jerezana, y la organización de la liturgia estuvo acorde con el Presidente de la Función Principal. El Cardenal acompañó al Santísimo hasta el mismo dintel de San Miguel, donde la procesión tomó forma rápidamente por las calles más emblemáticas del barrio.
El paso de la cofradía por Berrocalas y Santa Clara, así como por la calle San Miguel, con alfombras de viruta teñida hechas por los mismos vecinos del barrio fue exquisito, y las bandas que contrató la hermandad de San Miguel estuvieron brillantes. Julián Cerdán dio un auténtico concierto tras el paso de la Virgen de los Reyes, que volvió a mandar Antonio García Falla, y la Astigitana volvió a tocar para Dios las mejores marchas sacramentales, las mejores partituras.
Un Corpus para soñar que no todo está perdido en el culto al Santísimo Sacramento del Altar.
Besamanos
Por otro lado, numerosos fueron los fieles que se acercaron también ayer a la Basílica de la Merced, donde la Patrona de la Ciudad estuvo de besamanos. Perfectamente vestida por José Carlos Gutiérrez Otero, Nuestra Señora de la Merced recibió el cariño del pueblo jerezano, que quiso acompañar a los padres mercedarios en el primer besamanos de la Señora sin la presencia del recordado padre Jesús Fernández de la Puebla Viso.
No fue el único besamanos que hubo ayer en la ciudad, ya que la hermandad de la Cena organizó el tradicional culto a María Santísima de Paz y Concordia en su momento glorioso, que llenó la iglesia de San Marcos desde primera hora de la mañana.