La experiencia y el Sancho Dávila deben tumbar al Murcia B
El recuperado atacante Dani Aquino es la máxima amenaza del filial murcianista
Actualizado: GuardarEl Puerto Real no sólo no renuncia a nada sino que lo quiere todo. El Murcia B no da miedo, para eso el Sancho Dávila se convertirá en una emboscada plagada de seguidores verdiblancos. La experiencia de los jugadores puertorrealeños debe hacer resto para frenar los impetuosos arranques juveniles de los futbolistas del filial murcianistas.
Miedo no, pero respeto da el atacante Dani Aquino, que ya ha demostrado la calidad que destilan sus botas en más de un campo de Primera División. Pero la máxima categoría no es Tercera, ni los campos ni los rivales ni lo que hay en juego. Los locales no le harán un marcaje especial, pero no lo perderán de vista, como aseguraba ayer el técnico Antonio Cama, convencido de las posibilidades de su equipo.
Cama sabe que el once que ponga sobre el campo debe ser capaz de tumbar la férrea defensa murcianista y desarbolar el perfeccionado entramado táctico que su rival ya lució en en Estadio Sánchez Cánovas. Por eso, el entrenador verdiblanco cambiará el sistema. Regresará al 4-2-3-1 que tan buenos le ha dado en casa durante toda la temporada y olvidará el más defensivo 4-4-1 que usó en el partido de ida.
En el Sancho Dávila se enfrentan uno de los mejores equipos caseros de la categoría contra un conjunto que ha vencido en doce ocasiones fuera de su campo a lo largo de la temporada regular. El resultado es una incógnita. Cama no ha querido dejar nada a la improvisación. Se juegan mucho. Incluso ha obligado a sus púpilos practicar los lanzamientos desde el punto de penalti en las dos porterías. Por si acaso. Así ganó el Manchester United su tercera Copa de Europa.
Afortunadamente, los puertorrealeños cuentan con la gran mayoría de sus efectivos para el trascendental duelo. Sólo el centrocampista Óscar Horta, que no acaba de recuperarse de un esguince de tobillo que lo dejo fuera de combate hace tres semanas, y el mediocentro Pablo Rotundo, por un desgarro en uno de sus muslos, se perderán un partido que ya forma parte de la historia del Puerto Real.