Domingo y martes
Su acreditada perseverancia -inadecuada tozudez para sus adversarios, que son legión- ha permitido a Hillary Clinton llegar políticamente viva a los 'caucus' de mañana en Puerto Rico y a las primarias del martes en Dakota del Sur y Montana.Pero lo hace contra corriente y en medio de una especie de convicción general de que Barack Obama, su rival en el campo demócrata, estará en condiciones de proclamar su victoria el miércoles. Eso incluso aunque no disponga técnicamente del mínimo de votos (2026, la mitad más uno) que le garantizaría la proclamación en Denver a finales de agosto.
Actualizado: GuardarEn términos puramente aritméticos todo es todavía posible y lo sería más si la comisión correspondiente del Comité Nacional Demócrata, reunido este fin de semana al efecto en un ambiente de gran expectación, decidiera reconsiderar su conocida posición de dar por nulas y no celebradas las primarias en Michigan y Florida, donde según sondeos, Clinton habría ganado holgadamente.
Los responsables demócratas en ambos Estados decidieron, contra la directa advertencia de la dirección nacional, adelantar sus primarias y cambiar la fecha prevista. Pero la gente acudió, Obama ni siquiera repartió papeletas en Michigan y, de hecho, el asunto habría pasado sin más si Hillary no percibiera todo lo sucedido como una oportunidad, tal vez la última, de ganar. Es verdad, sin embargo, que su ventaja y los delegados suplementarios que le reportaría, no serían suficientes para alterar la situación vigente (1659 delegados para Obama y 1499 para ella) y tal vez tampoco cambiaría la tendencia ahora clara entre los compromisarios natos, los 'superdelegados', de apoyar al senador por Illinois: tras ir por detrás en ese orden durante meses, Obama alcanzó a Hillary y ahora la supera: 321 por 283.
Si el lector hace una fácil suma, Obama tiene un total de 1.980 delegados, a solo 46 del mínimo exigido para obtener la investidura y Clinton se queda en 1.782. Todo es posible en teoría, pero, salvo que se produjeran, simultáneamente, un giro completo sobre Michigan y Florida y victorias abrumadoras el domingo y el martes, Hillary parece estar al borde de su derrota.