PUNTUAL. El reloj de la plaza del Arenal es ya un icono de la vida de la ciudad.
Jerez

Dictando horas a la jerezana

El famoso reloj de la Caja de Ahorros, en la plaza del Arenal, forma parte de la fisonomía de la ciudad marcando el ritmo de la vida

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Popularmente conocido como el reloj de la Caja de Ahorros, se diría que este carrillón, ubicado en los altos de la plaza del Arenal, marca la hora oficial de la ciudad. Lleva alrededor de treinta y cinco años marcando los ritmos de Jerez, orientando a más de una generación de jerezanos cuando es la hora de picar en el trabajo, cuando llega la hora de tomar la primera copa y cuando se acaba la jornada. Por el barrio de San Miguel sus sones decoran cada esquina cuando pasa un cuarto de hora. «El reloj está flamante. Lo montó Llorente, que tenía por aquel entonces una relojería en la calle Bizcocheros», comenta Francisco Romero, el encargado del mantenimiento de la actual CajaSol.

En la singular espadaña, el reloj es impasible. No perdona ni un minuto. Avanza indefectiblemente por el tiempo dando vueltas y más vueltas alrededor de su corona. Francisco Romero comenta que «se trata de un reloj con un mecanismo muy básico. Hay un reloj patrón que es el que realmente va lanzando los impulsos a las anillas que vemos. Así es más o menos como funciona el mecanismo del aparato». Sin duda, es uno de los iconos de la ciudad. Tanto es así que el famoso reloj de la plaza del Arenal es quien nos traspasa de un año al otro. Desde hace años, es este cronómetro el que marca las famosas doce campanas de las uvas. «Dos veces al año le damos un repaso a toda la maquinaria. Pero sin duda, la que es tradicional es la que hacemos días antes del treinta y uno de diciembre de cada año. Tiene que estar listo y puntual para cuando llegue la Nochevieja», afirma el encargado de su mantenimiento.

Sonidos

Jerez no sería ya la misma ciudad sin los sones del reloj de la Caja de Ahorros y sin las melodías que a cada cuarto lanza a los vientos. Eso sin contar con las horas en punto que marca un toque seco por cada hora que marque. «Te puedo decir que tiene varias sintonías, pero mientras que yo al menos esté al cargo del mantenimiento, sólo sonará una: la que todos los jerezanos estamos ya acostumbrados a escuchar», sentencia Romero.