«Dejar de ser psicólogo para hacerme músico fue una decisión rotunda»

Cada profesión está repleta de vocaciones frustradas que lo darían todo por dar marcha atrás y comenzar de nuevo. Carlos Vila lo tuvo claro, pese a que la psicología se le daba bien. El músico tarifeño decidió que lo suyo eran los escenarios. Después de Todo o nada regresa con Sigue tu instinto, un trabajo discográfico en el que firma todo sus temas.

-El nombre de su primer disco, Todo o nada, es casi una declaración de intenciones, ¿en qué se quedó?

-En todo. En la oportunidad que me dio de hacer conciertos, acercar mi música a la gente y hacerme un hueco. Tampoco fue un Grammy pero todo lo anterior fue más que suficiente. El resultado de mi primer trabajo ha sido genial, perfecto.

-¿De dónde parten sus inicios?

-Desde muy temprano recibí la llamada de la música. A los siete años comencé con la guitarra y venía desde Tarifa para dar clases en el Conservatorio de Cádiz. A partir de ahí participé en distintos grupos.

-¿Qué hay que hacer para que un productor decida apostar por ti?

-Mucho curro. Aunque aquí en Cádiz tengamos mucha facilidad para la música, es necesario dedicarle mucho trabajo, grabar ma-quetas y enviarlas a todos los sitios. Además hay que avanzar en la composición y producir esas maquetas hasta que aparece una discográfica a la que le gusta el trabajo que has presentado.

-¿Cuantas maquetas ha grabado hasta llegar a Todo o nada?

- Un montón. Aunque no estaba desesperado porque no fue una espera de muchos años, estuve un par de ellos o tres no sólo enviando maquetas sino componiendo y grabando nuevas canciones, probando cosas nuevas.

-Este nuevo disco, Sigue tu instinto, viene precedido del éxito anterior ¿Puede predecir su futuro?

-Sólo puedo decir que estoy contento con el resultado final, el proceso de grabación, la composición, los temas que elegí para este discos, la producción y el sonido que tiene. No controlo si el álbum puede gustar o no, pero tengo muy buenas vibraciones. A mi me encanta, me gusta mi disco.

-¿Eres más músico o psicólogo?

-Más músico, pero he tenido éxito como psicólogo (ríe). Estudie la carrera en Granada y su ambiente musical me ha influido mucho. En esta etapa solía tocar mucho y por diversión en la calle. Algunos compañeros de clase me veían y se sorprendían. Había quien me decía que no sabía que yo estuviera tan mal para tener que cantar en la calle. No entendían que lo hacía porque me apetecía. Tocar en la calle da muchas tablas.

-Su anterior profesión debe ser un filón de historias para componer.

-Mi labor como psicólogo me ha servido para valorar la vida y darme cuenta de la suerte tengo. Para componer también ayuda porque es una profesión con un componente emocional muy grande. Estuve pasando consulta en Alcoy, Valencia, en la Unidad de Salud Mental y Psiquiatría del Hospital. Me encantaba la psicología, pero un día decidí perseguir mi sueño, la música. Fue una decisión rotunda.

-Regresa a sus orígenes para dar forma a este último trabajo, ¿qué tiene Tarifa?

-Cuando me dicen «es que en Cádiz hay muchos cantantes» siempre le respondo que lo que hay es mucho arte. Cádiz tiene un encanto especial. El mar, la playa, la gente, sus callejuelas... esta provincia es todo lo contrario a una gran ciudad. Y por eso Tarifa se ha convertido en mi lugar de composición.

-Es el autor de todos los temas, ¿qué tal se le da escribir?

-Es algo que me gusta mucho. Para componer hay que tener mucha paciencia y estar todo el rato buscando. Hay que tener los ojos muy bien abiertos e inquietudes así como sentir ese vacío que despierta la necesidad de crear.

-Carlos Vila ha pasado página para ser sólo Vila, ¿por qué el cambio?

-No soy partidario de los nombres compuestos, Vila me representa más. Apuesto por cosas concretas y contundentes y creo que eso se materializa en este nombre.

-Ya sólo queda esperar a sus directos, ¿qué encontrará el público que vaya a sus conciertos?

-Energía, potencia y sobre todo intentaremos que se lo pasen lo mejor posible y se emocionen. El juego con el público será fundamental. En los directos es donde de verdad demuestras lo que vales.

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