Las duras acusaciones del ex portavoz de la Casa Blanca desconciertan a Bush
Scott McClellan asegura en un libro que el presidente de EE UU escondió y manipuló la verdad para invadir Irak
Actualizado: GuardarParece que el ex secretario de prensa del Casa Blanca, Scott McClellan, no ha sabido aplicarse eso de «no muerdas la mano que te da de comer» y ha decidido desquitarse de las malas experiencias vividas durante su periplo a las órdenes del presidente, George W. Bush, con un libro que lapida la labor del mandatario estadounidense.
Lo que pasó: dentro de la Casa Blanca de Bush y la mentalidad del engaño en Washington, que se publicará en Estados Unidos el próximo domingo, se ha convertido en una amalgama de acusaciones que ponen en entredicho la labor del actual presidente estadounidense durante períodos críticos de su mandato, como el inicio de la invasión iraquí. Por supuesto, el equipo de Bush no ha dudado en tirar por tierra las afirmaciones de McClellan, al mismo tiempo que el mandatario se ha mostrado «desconcertado» y «muy decepcionado».
Al menos así lo confirmó Dana Perino, actual portavoz gubernamental, quién aseguró que Bush «no reconoce al Scott McClellan que él contrató, en el que confió y con el que trabajó durante tantos años». Además, dejó claro que si el ex portavoz alguna vez tuvo preocupaciones «nunca se los planteó a él ni a nadie del personal, que sepamos». Entre las perlas de McClellan, forzado a abandonar su puesto en 2006 tras casi tres años en el mismo, se acusa al inquilino de la Casa Blanca de «autoconvencerse de que sus decisiones son correctas dependiendo de sus necesidades en cada momento». A esto, habría que añadir que la decisión de invadir Irak fue una acción personal y «plenamente estratégica» en la que el Gobierno de Estados Unidos optó por «alejarse de la sinceridad y la buena fe en un momento en que dichas cualidades eran urgentemente requeridas». Y va más allá al decir que «en una época de permanente campaña electoral, hubo que manipular las fuentes de la opinión pública en beneficio del presidente». Y añade: «La guerra de Irak era innecesaria. Un grave error».
Perino dio a entender que el ex secretario de prensa ha malinterpretado su paso por la Casa Blanca en un intento frío y calculado para vender más libros. Claro está, que la historia de McClellan ya es líder de ventas en librerías on line como Amazon, incluso antes de salir al mercado. Karl Rove, ex jefe de personal de la Casa Blanca y uno de los principales objetivos de ataque en el libro, reconoció durante una comparecencia en Fox News que «éste no es el McClellan que todos conocíamos, suena a uno de esos blogueros izquierdistas».
El 'caso Plame'
Sin embargo, McClellan, de 40 años, afirma que altos oficiales del Gobierno, entre los que se incluían Rove, Lewis Libby junior y posiblemente el vicepresidente, Dick Cheney, le obligaron a mentir sobre el polémico desenmascaramiento de la identidad de la ex agente de la CIA, Valerie Plame. Tampoco se libra de sus ácidas críticas, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, a la que acusa de «acomodarse», preocuparse más por su reputación que por su responsabilidades y «de salir siempre con las manos limpias de cualquier complicación, por muy importante que ésta sea».
Ni que decir tiene, que a lo largo del miércoles y ayer, una retahíla de empleados y antiguos trabajadores de la Administración Bush se dejó caer por distintos medios de comunicación estadounidenses con la esperanza de intentar limpiar la ya de por sí decrépita imagen del mandatario. Ari Fischer, predecesor de McClellan al frente de su cargo, aseguró que «no sé que le ha hecho cambiar de opinión tan dramáticamente después de haber defendido a ultranza la guerra en Irak y al presidente Bush ante todos los medios de comunicación».