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Los israelíes ya no creen a Olmert
El titular de Defensa, Ehud Barak, pide el cese del primer ministro por las sospechas de corrupción y amenaza con comicios anticipados si no lo hace
Actualizado: GuardarEl primer ministro israelí, Ehud Olmert, siente cómo cada día que pasa las denuncias y acusaciones de corrupción le empujan poco a poco hacia la puerta de salida. Pero el empellón que ayer le dio el titular de Defensa y principal socio del Gobierno, Ehud Barak, parece casi definitivo. Barak exigió al jefe del Ejecutivo que cese en sus funciones y le advirtió de que si no lo hace tratará de forzar un adelantamiento de las elecciones.
La petición sacudió al país hebreo. No porque le sorprendiera, sino por su contundencia. Ya en otras ocasiones el líder del Partido Laborista había pedido la marcha de Olmert -la última hace apenas un mes-, pero siempre se había retractado porque los sondeos daban ganador al Likud en caso de comicios anticipados. Esta vez, Barak ha decidido apostar fuerte y jugárselo todo a una carta.
En su comparecencia ante la prensa en la Kneset (Parlamento), el ministro de Defensa no puso plazos para el cumplimiento de su exigencia, pero poco después de su declaración autorizó que varios de sus diputados presenten un proyecto de ley para disolver el Parlamento. «No creo que el primer ministro pueda acometer a la vez sus funciones de gobierno y sus asuntos personales», consideró Barak en alusión a las graves sospechas que pesan sobre Olmert por un caso de corrupción.
El dirigente laborista se refería al testimonio prestado el martes ante un juez israelí por el empresario estadounidense Morris Talansky. El industrial declaró que había entregado a Olmert durante los últimos quince años al menos 150.000 dólares (96.000 euros) en sobres para financiar sus campañas electorales y para pagarle viajes al extranjero junto a su familia, dinero que nunca le ha sido devuelto. Según distintas cartas en poder de la Fiscalía, el líder de Kadima ayudó después a Talansky a fomentar sus negocios en Israel, en lo que podría considerarse un soborno.
«Tiene que desconectarse de la dirección diaria del Gobierno», subrayó Barak -antes de su comparecencia se había reunido con el propio Olmert- al entender que, mientras el titular del Ejecutivo afronta una investigación judicial, no puede hacer frente a los actuales retos que Israel tiene por delante. El responsable de Defensa, eso sí, dejó en manos del primer ministro la forma de apartarse del cargo. «No importa: exención, vacaciones, dimisión... no seremos nosotros los que le digamos cómo hacerlo», apuntó Barak, quien recalcó que «por el bien del Estado y las normas de gobierno tiene que apartarse de sus funciones».
Exención de cien días
Asimismo, instó a Kadima a buscar un candidato para suceder a Olmert, ya que «si no actúa y no se forma un Gobierno durante el actual período legislativo que sea de nuestro gusto tomaremos la iniciativa llegando a un acuerdo para fijar una fecha para las elecciones anticipadas». Los próximos comicios están previstos para 2010. La ley hebrea establece que el primer ministro puede pedir una exención de cien días para ocuparse de problemas personales de cualquier índole, en cuyo caso le sustituiría la responsable de Exteriores y 'número dos', Tzipi Livni.
Pese a la exigencia de Barak, a la que se sumaron inmediatamente todos los partidos de la oposición, y al sondeo del diario 'Haaretz', en el que el 70% de los encuestados dice no creer el argumento de Olmert de que no empleó el dinero para su uso personal, el primer ministro guarda silencio. El líder de Kadima, de 62 años, ha asegurado que sólo renunciará si es acusado, pero el fiscal general, Moshe Lador, manifestó que es demasiado pronto para decir si se hará alguna imputación y habrá que esperar a que se complete la investigación policial. «El primer ministro no ha tomado la decisión de cesar en sus funciones y por ahora no hay más que decir», señaló el portavoz.