TRIBUNA

La crisis económica ha venido

Sí, ha venido y nadie (del Gobierno) sabe cómo ha sido. Ha llegado oficialmente con la primavera pero llevaba con nosotros un año. Una crisis que el Gobierno ha negado sistemáticamente porque temía que les afectara negativamente a sus intereses electorales en los comicios municipales y autonómicos del 2007 y en las generales de marzo pasado. Por ello ni se reconoció, devaluándola a una simple desaceleración, ni se tomaron medidas durante todo un año para no tener que aceptarla. Sólo se les escapó el reconocimiento cuando el presidente Zapatero, para justificarla, utilizó el argumento de que era una crisis internacional pero que a España no le afectaría porque estábamos más preparados que los demás países. Mentira y craso error pues precisamente es España el país europeo que más está sufriendo la crisis, según Eurostat, que certifica que mientras en Europa baja la tasa desempleo, en España ha subido estrepitosamente en el último trimestre con 246.000 parados más y con los peores datos de afiliación a la Seguridad Social desde hace catorce años. También las hipotecas se han encarecido más del doble que en 2004, llegando el euríbor al 5%, con lo que esto repercute en unas economías que difícilmente llegan a final de mes. Esto ha traído como consecuencia un incremento de la morosidad de casi un 50% en este trimestre sobre el mismo periodo de 2007 y el cierre de miles de empresas y no sólo de la construcción, que es el único sector que el Gobierno considera en desaceleración. Otro dato muy negativo, por lo que supone de pérdida de poder adquisitivo, es la inflación que ha llegado al 4,6%, la más alta de Europa y el peor dato desde 1995. Todo esto supone además una pérdida de confianza y la caída del consumo, es decir, una crisis económica de gran calado y de futuro incierto

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Ante tanto dato negativo habría que preguntarse cuáles han sido las causas reales de esta crisis que, como sabemos, no afecta a toda Europa con la misma intensidad que a España. Según expertos económicos, las causas han sido la ausencia de reformas económicas del Gobierno Zapatero motivadas por un error de diagnóstico que nos está trayendo graves consecuencias para el país de Europa que más estaba creciendo y ahora es el que menos lo hace, un 0,3% en el último trimestre. Otro error ha sido pretender reducir el problema al sector de la construcción, cuando todos los sectores lo están acusando, encabezado por el sector servicios que es el que más parados ha tenido y muy por encima de la construcción. También se consideran causas de la crisis los graves errores cometidos por el Gobierno al incrementar desaforadamente el gasto público y haber aumentado la presión fiscal, lo que ha reducido la competitividad de las empresas españolas. Otro error ha sido el excesivo intervencionismo del Gobierno en Endesa, Estatut, C.N. del Mercado de Valores, C.N. de la Competencia y C.N. de la Energía, cuando realmente lo que necesitábamos eran medidas liberalizadoras,

Por todo esto hay quien piensa que la crisis por la que estamos pasando se podría haber evitado o suavizado y que en contra de los vaticinios gubernamentales se considera que la crisis está aún lejos de tocar fondo. Es descorazonador ver cómo se negaba oficialmente una crisis que ya se sentía en los bolsillos de los españoles, con el único objetivo de que no influyera negativamente para los socialistas en los procesos electorales, lo que motivó que no se tomaran medidas en su momento para evitarlo. Ahora ya no hay motivo para ocultarlo y por lo tanto lo que urge es tomar medidas para paliarla. Pero para nuestra sorpresa no se toman medidas de calado, quedando el Gobierno incomprensiblemente a la espera de que el tiempo resuelva por sí solo la crisis, lo que denota una irresponsabilidad sin precedentes, que nos puede llevar a una crisis de consecuencias irreversibles.

En agosto de 2007 el diario El País publicaba con gran alarde tipográfico el siguiente titular: «Zapatero garantiza que España está a salvo de la crisis financiera». Desgraciadamente cada vez que nuestro presidente hace una declaración de este tipo, la realidad lo desmiente rápidamente, como cuando vaticinó lo bien que estaríamos respecto al terrorismo y justo al día siguiente ETA mató con la voladura de la T-4 del aeropuerto de Barajas. Creo que podemos pedirle que no vaticine más y que actúe con medidas concretas y efectivas que estén al alcance de su Gobierno y se deje de demagogias, como la devolución de los 400 euros, que es la medida estrella de un insuficiente plan de choque, cuya efectividad ha sido cuestionada por el propio Banco de España. Ante tanta inoperancia choca oír al portavoz socialista en el Congreso justificar la negativa de su grupo a aprobar un plan económico presentado por el PP para paliar la crisis con el peregrino argumento de que era muy extenso y recogía gran parte del programa económico del PP. Lástima que no lo aprobaran, porque esas medidas fueron las que permitieron al Gobierno del PP sacar a España de la crisis, que pudiéramos entrar en el euro, crear cinco millones de puestos de trabajo, convertir a España en la octava potencia mundial y una calidad de vida que hoy añoramos y que la incompetencia del Gobierno del PSOE ha dilapidado en sólo cuatro años.