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BÁSICO. Un grupo de trabajadores recogen lechugas en una explotación de Comonfort, situado en el estado central mexicano de Guanajuato. / AP
MUNDO

México encara la crisis alimentaria

El presidente Calderón lanza un plan de emergencia para frenar el impacto de la subida de los productos básicos en las familias aztecas No se gravará la importación y habrá ayudas para los más necesitados

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO
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El presidente de México, Felipe Calderón, se vio obligado ayer a anunciar un plan de choque ante la amenaza de crisis alimentaria que se cierne sobre el país azteca. El mandatario detalló una serie de medidas destinadas a frenar el impacto que la recesión a nivel internacional puede tener en los mexicanos. Entre ellas destaca la eliminación de impuestos a la importación y ayudas económicas y financieras para los más necesitados. La oposición criticó la iniciativa del mandatario por llegar tarde, mientras que el sector privado estimó que beneficiará a todos.

El gobernante conservador advirtió de que su Gobierno vigilará la industria alimenticia para que respete el compromiso de frenar la subida de los precios y que no tolerará «ni especuladores ni acaparadores». Calderón explicó ante las cámaras los puntos de su plan de emergencia que básicamente contempla eliminar aranceles a la importación de granos y fertilizantes, aumentar la ayuda económica de más de cinco millones de familias atendidas por la asistencia social, mantener estables los precios de las gasolinas, la tortilla (pan mexicano) y bajar algunos de alimentos básicos.

El presidente también garantizó que la mayor parte de los excedentes petroleros, cifrados en unos 13.500 millones de euros, se dedicarán a mantener estables los precios de los combustibles. Además, el Gobierno destinará otros 288 millones a apoyar a las familias inscritas en los programas sociales y 1.285 millones más a financiar con créditos la compra de «tractores, maquinaria y equipo agrícola».

Según Calderón, la razón de la gran carestía de los alimentos radica en el «fuerte crecimiento de las economías asiáticas» que representan la tercera parte de la humanidad y han «aumentado sus ingresos y por tanto el consumo de alimentos». Otro factor, dijo el líder del Partido de Acción Nacional, es el «incremento récord del precio del petróleo a nivel internacional, lo cual encarece los costes de producción y alimentos; y finalmente, la utilización del maíz y otros productos agrícolas para producir combustibles como el etanol».

Extrema pobreza

El máximo dirigente de una nación de cien millones de habitantes, de los que un 60% son pobres y un 20% se encuadran en extrema pobreza, afirmó que las medidas se podían adoptar gracias a que el país tiene «una economía fuerte y estable», aunque adelantó su decisión de «redoblar las medidas de austeridad en la Administración pública». «Vamos a eliminar todos los impuestos a la importación de trigo, arroz, maíz blanco o amarillo. A reducir a la mitad los de la leche en polvo y a autorizar una cuota de frijol libre de arancel a fin de que estos gravámenes no repercutan en el precio de los alimentos e incluso para que al bajar el tributo, pueda también descender su cotización», resaltó Calderón.

«De esa forma -agregó- si llegaran a hacer falta alimentos se pueden traer de cualquier parte del mundo al precio más barato posible». El secretario de Economía, Eduardo Sojo, alertó de que «estamos tomando medidas» ante las previsiones de los analistas de que la crisis dure dos o tres años.

Críticas

El plan del Gobierno fue criticado por la oposición. Susana Monreal (PRD) dijo que continúa favoreciendo al empresariado y a los grandes productores con actitudes «faraónicas» que no atacan el problema de fondo. Ricardo Cantú, coordinador del Partido del Trabajo, consideró que la solución no era abrir las fronteras sino solucionar los problemas del campo.

Varios productores de leche, carne y granos estimaron que los precios se van a mantener y que el Gobierno debería haber actuado antes. «México ya es autosuficiente en maíz para tortilla, por lo que no va a haber ninguna rebaja de precio», explicó Guillermo Campos, director del Consejo Regulador de la Cadena Maíz-Tortilla. Para David Cantú, responsable de compras de Compañía Arrocera Covadonga, el precio del cereal, que ha aumentado un 60% en lo que va de año, subirá en junio entre el 7% y el 12%.